Siete chicos se ven obligados a guardar el secreto de lo que ocurrió la madrugada del 31 de octubre. Aunque no saben lo que sucedió realmente, aquella noche en la iglesia abandonada donde un asesinato los llevó a formar parte de la lista de sospecho...
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Octubre 31, 16:35 hrs.
Comisaría de Riverwood
—Yo no maté a Sharlene si eso es lo que está esperando que le diga —comentó el pelinegro al oficial.
—Tu amiga Aila me ha dicho hace unos minutos que tú fuiste el último en estar con Sharlene y Slade, ¿es eso cierto, joven Harrison?
—Así es, pero esa noche iba a salir con Slade, sin embargo, nunca apareció.
— ¿Y qué hay de Sharlene?
—La dejé con Beau antes de regresar a mi casa.
— ¿Entonces dices que no estuviste con ninguna de las dos?
—Correcto, además, Beau siempre quiso deshacerse de Sharlene, no la soportaba.
— ¿Y por qué seguía con ella?
—Vaya, los chismes si que corren rápido en este pueblo... ellos ya no estaban juntos, pero Sharlene seguía buscándolo. Así que quizá Beau tenga algo que ver con este problema.
— ¿Y cómo sé que lo que dice es cierto?
—No lo sabe... le toca confiar mientras busca a quién culpar, ¿no?
Noviembre 21, 10:45 p.m.
Observé nuevamente mi móvil sin dejar de mover mi pierna de arriba hacia abajo. Los mensajes seguían llegando y no sabía cómo reaccionar ante esta situación.
Después de lo que sucedió con Beau, supe que esa persona no estaba jugando a enviar unos simples mensajes para asustarme, esa persona estaba dispuesta a herir a quién se interpusiera en su camino por ayudarme. Así que debía intentar salir de esto sola.
Últimamente sentía que alguien me vigilaba, y ya no me sentía a salvo en ninguna parte.
Empecé a sentirme un poco mareada, el alcohol me estaba empezando a hacer efecto, así que me quité los zapatos de tacón y caminé descalza hasta la terraza para tomar aire.
Me encontraba en una fiesta de recaudación que había organizado la madre de Aila para recursos y medicamentos para el hospital del pueblo. Era muy aburrido estar aquí.
Me acerqué al vacío sin intenciones de querer lanzarme, simplemente necesitaba aire, quería despejarme y salir de esta estúpida fiesta.
Tenía miedo, no podía negarlo, me daba terror volver a pasar por todo lo que me hicieron mientras estuve secuestrada.
— ¿Ahora tú también te vas a suicidar?
La voz de Beau me sacó de mis pensamientos haciéndome volver a la realidad. Molesta me giré hacia él, no lo quería cerca, no después de lo que le hicieron por mi culpa, por pedirle ayuda.