Sentí otro golpe en mi pómulo derecho que me hizo temblar nuevamente. Había olvidado que estaba tan acostumbrada a esto, que el sentirlo de nuevo me hizo recordar el por qué intenté huir de ese lugar durante tanto tiempo.
—¡Mátame si tanto quieres hacerlo! —escupí con rabia.
Sentí otro golpe en mi rostro, luego solo dolor en mi cuero cabelludo cuando me agarró con fuerza acercando su rostro al mío.
Negó con la cabeza sonriendo hacia mí al ver como salían lágrimas de mis ojos.
Pero no de dolor o tristeza, sino de impotencia.
—No, sabes que prefiero mil veces escucharte sufrir de dolor hasta morir. Matarte le quitaría lo divertido al asunto.
Él salió de la pequeña habitación dejándome sola nuevamente.
No sé cuántos días han pasado, pero sé que llevo un tiempo aquí, y nadie me ha buscado todavía.
O quizá si...
Miré a mi alrededor, buscando una salida, todas mis mañanas se basaban en lo mismo, intentar salir de aquí. Mi ventaja de hoy, era un hacha que estaba al otro lado de la habitación.
Intenté deshacerme de la soga, sin importar el dolor insoportable en mi muñeca, con un vidrio roto que hallé hace unos días en una esquina del suelo y empecé a rasgar la soga con desesperación.
Todo parecía estratégico, como si hubiese dejado cada cosa a la vista para escapar.
Pero no le presté atención, solo quería salir de aquí.
Cuando pude finalmente liberarme, mi muñeca ardía, pero eso no me detuvo. Tomé el hacha y subí las escaleras para poder huir. Me di cuenta inmediatamente que me encontraba en la Clínica Howest Ridgeson, el cual fue cerrado hace unos años.
Salí de los laboratorios a toda velocidad, que era donde Rowan me había mantenido encerrada estos días, la reja que cerraba el paso estaba con candado y fue allí cuando agradecí tener el hacha.
¿Pensaba matarlo con eso? Pues sí, ya sea de un golpe en la cabeza o directamente un hachazo en cualquier parte del cuerpo, pero eso me ayudó a romper la cerradura.
Lo cual me hizo temblar por un segundo debido al gran ruido que hizo. En ese momento, mi impulso fue soltar el hacha y salir corriendo, si me quedaba para matarlo puede que ni siquiera yo saliera viva después de eso.
Conociéndolo...
Fue entonces cuando corrí por el largo pasillo camino a la salida de emergencia, sabía que si iba por la principal, me alcanzaría de todos modos.
Pero entonces empecé a escuchar pasos acelerados cerca de mi, me escondí rápidamente detrás del mostrador con el corazón en la garganta y fue ahí cuando maldije para mis adentros por haber dejado el hacha.
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Alaska ✔️
Mistério / SuspenseSiete chicos se ven obligados a guardar el secreto de lo que ocurrió la madrugada del 31 de octubre. Aunque no saben lo que sucedió realmente, aquella noche en la iglesia abandonada donde un asesinato los llevó a formar parte de la lista de sospecho...