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—까만 어둠이 사라질 때까지.
—Sangyeon— llamé la atención de nuestro líder, provocando que dos pares de ojos más inevitablemente se fijaran en mi.—Siento interrumpir pero tenemos que irnos— El mayor de los presentes, extrañado, arrugó su entrecejo dudoso, sin saber específicamente a qué me refería.
—¿Qué pasó?— exterioriza su confusión a través de la pregunta, que era la misma de todos los demás que me habían escuchado.
—Haknyeon vio como secuestraban a una chica hace un rato.— solté, mirado de forma intercalada las reacciones de Sangyeon, Jacob y Eric.
Juhaknyeon manteniéndose a mi lado.
—¿Es hija de alguien importante o algo así?— su nueva interrogante me obligó a observarlo con rareza, no entendía a qué venía eso justo ahora.
Sus palabras haciendo corto circuito en mi cabeza.
—¿Qué quieres decir con eso?¿Y qué si no es hija de alguien importante?— agudicé mi mirada que escurría indignación por lo que sea que significase esa pregunta.
Aún así le di la oportunidad de que se explicara.
El ex policía suspiró, como si estuviera dando todo de sí mismo para no perder la paciencia.
Sangyeon es un buen líder, no cabe la menor duda de ello, un hombre simple que daba vibras de buen marido. Una de sus más indudables virtudes era su capacidad de mantenerse ecuánime ante cualquier circunstancia por más adversa que fuera, sin embargo, mi carácter complejo y difícil de tratar ponía a prueba en ocasiones su habilidad innata de mantenerse calmo a toda costa.
—Escucha Hyaara— sostuvo mis hombros con sus manos, tal cual un padre haría con su hija al aconsejarle. —Nuestro deber es en enfocarnos en la cima, en el gobierno que es quien está poniendo patas arriba al país. Si nos detenemos en este tipo de delitos, harían falta veinte equipos como nosotros para poder surpimirlos.— explicó dócilmente, sus iris persuadiéndome pero siendo honesta, lo que estaba escuchando era inaudito.
—¿Qué? Es un secuestro, no un robo con fuerza¿De qué estás hablando?— mi cabeza se sacudió un par de veces, negándome a mi misma que había escuchado justo eso de quien menos esperé.
—Sangyeon tiene razón, es decir, nuestra prioridad es trabajar para destruir la máscara gubernamental— Eric intervino, mostrándose de acuerdo con el líder. —No es que no sea importante lo que nos dices, es que-
Volvió a hablar y antes de que pudiera terminar de excusarse, le corté de inmediato.
—Nada más parecido. ¿Desde cuando jerarquizamos la vida de una persona?— a este punto lucía desconcertada totalmente por la actitud de todos.
—Es la vida de una o de un pueblo entero, piénsalo— Eric intentó hacerme razonar, pero es que no entendía su parecer.
Y ese era el problema, no podía pensar como ellos.
