vampiros

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Habían pasado 10 días desde la última vez que visite el café de Pao Win para mostrarle su trabajo en proceso, y las cosas casi se salen de control, así que hoy he venido sola, en aquella oportunidad, Pao casi asesina a Muriel, y esas cosas no me pasan a mí, las cosas jamás se me descontrolan de esa forma, siempre suceden como yo preveo, las personas actúan como espero que lo hagan y soy la razón por la que actuaran de una manera u otra... eventualmente, la idea me obsesiona, y cuando no lo logro por mis propios medios, es cuando los tengo a ellos... las sombras de los que solían habitar esta tierra, y que se fueron siendo más odiados que amados. Están ahí en mi interior, detrás de mí, susurrándome lo que no logro descifrar por mí misma, y advirtiéndome del peligro, les doy lo que sus huesos ya no tienen, lo único que los puede mantener conectados a la única forma de vida que pueden tener ahora, sangre como si fueran vampiros, sufrimiento como si fueran demonios y obediencia como unos dioses, pero lo que sucedió demuestra que el vinculo esta quebrantado, no tengo todo su apoyo, a Pao le cuesta doblegarse, y siento que se da cuenta de mis engaños.

Definitivamente aquello no debió pasar, Pao debía ignorarme, que Muriel entendiera, que yo era la parte buena de Pao, quien lo hacia bajar la guardia un poco, ser más humano y de la humanidad, pero también debía demostrar que no era suficientemente buena como para ir y denunciarlo por proxenetismo, que entendiera que yo no juzgaba a nadie... en fin, se suponía que Muriel saldría de ahí la segunda vez creyendo que yo era un sacerdote; pero no pude refrenar a Pao, que por lo general se comportaba típicamente como solo los humanos de su especie se comportan...es un predecible total... se alimenta de los humanos que lo rodean de una manera diferente de la mía, al menos hago lo que hago y lo disfruto, me gusta quien soy, pero Pao hace lo que hace, porque hundiendo a otro es la única manera en la que él puede resaltar, esta tan predestinado a que el dolor que cause se le regrese que aveces siento lastima por él, sobre todo cuando lo veo así, limpiándole la cara llena de comida al vegetal en el que ha quedado su esposa.

- Una buena puta, es la que disfruta de su trabajo, la que te entretiene, juega tan bien su papel, que te hace olvidar que es solo una puta que le debes dinero, y que será mejor que se lo pagues...- dice mientras lava y seca sus manos y corre la cortina para tapar al vegetal que yace sobre la cama clínica, toma un pequeño banco de madera alto y se sienta en frente de mí.

>> Muriel, era de mis mejores putas, es puta desde muy joven, su madre fue de mis mejores putas... es tan buena como para creer que puede ser mi competencia y vivir para contarlo, pero mis impulsos de que sea la prueba viviente de lo que le sucede a quienes se atreven a meterse conmigo y con mi negocio son demasiado fuertes, verla sufrir como quiero se ha convertido en mi obsesión, es como un cigarrillo, calo de las ideas de cómo será que la vea arrastrarse y retorcerse ante mis pies... quiero ser el sol que queme su piel lenta y placenteramente un día, y que escueza y la queme en carne viva otros... por eso, no la dejo ir con un disparo en la cabeza. Pero dudo de tu capacidad para cumplir la película que has metido en mi interior... dicen... en el barrio que están saliendo.

- Aun no, pero si algo así.-

- ¿es ese tu plan?-

- Somos de la misma clase...no creo que una mujer pueda sufrir más que estando a tu lado... mira el dolor que ocasionas. - le digo señalando con la barbilla la cortina detrás de la cual esta lo que solía ser su esposa y el regresa la mirada furiosa. – ella sufrirá igual estando a mi lado, solo que dios no tendrá misericordia de una escoria como ella, no la dejara inconsciente, ella vera y sentirá... pero entiende, que para poder arrebatarle la felicidad, a una persona como Muriel, tengo que mostrársela primero, porque no la conoce... además, te lo dije no hare nada que no me haga ganar a mí también, y necesitare de su ayuda, dame lo que queda de año, y caerá a tus pies, como un muerto en vida-

- 6 meses es demasiado. -

- Lo fuera si me estuvieras pagando, pero recuerda que es un favor por un favor, si quieres hacer las cosas a tu tiempo y a tu manera, ve y dispárale, pero si lo quieres hacer la mía, debes obedecer. 6 meses exactos, será mía hasta el 2 de enero a las 4:55 de la tarde, ni más, ni menos, siempre cumplo, sino fuera así no estuvieras aquí, si no fuera así no pudieras operar a tus anchas. además tú, hijo, el único que te queda y tu han hecho un pacto de sangre conmigo, y tu mejor que nadie sabes como la vida da cachetadas – digo señalando de nuevo con la bardilla hacia la cortina.

- Ni más, ni menos, no vuelvan a venir aquí. -

- Eso será imposible, debo venir, porque ya que arruinaste la primera parte, solo que queda la segunda...- respiro hondo- ¿Cuánto te debe Muriel?

- ¿pagaras su deuda? –

- La mitad, en su presencia, y todos ganan, la ayudare a que te pague la otra parte.-

- No entiendo tu plan-

- Sera la primera atadura que le ponga encima, un acto de corazón. seré lo único que jamás ha tenido. -

- Si no funciona, serán dos disparos. –

- No, serán tres uno para ti o para tu hijo si me llegase a pasar algo... y los muertos cumplen ¿o no? – digo mirando los al rededores del cuarto lujoso de Pao.

El se levanta y se va, dejándome sola, para disfrutar unos minutos de la respiración ronca de su difunta esposa a la que tortura dejando con vida cada vez que intenta morir.

Dos guardias, se acercan y mi hora de, cruzar de regreso a mi coche me llama, me levanto lentamente, tomando las suficientes precauciones, que ahora se que debo tener, siendo consciente cada segundo que me tomara salir de ahí, que no era ya mi terreno. Por alguna razón, se resiste a doblegarse una más poderosa, que la de la sangre, que la del sufrimiento, otra cosa que debo añadir a la lista...

"la soga se rompe por lo más estrecho" escucho en mi interior mientras camino casualmente hasta la salida, cuando Pao me detiene con un gesto de mano abanicándose con un pequeño abanico negro, y me da un papel, mientras estrecha mi mano para despedirse.

- Si me vas a tratar como un imbécil, al menos te saldrá caro niña, las cosas como son, la deuda es con intereses. – nos miramos a los ojos por unos instantes cuando zafo su agarre de un tirón controlando mis impulsos de golpearlo hasta que muera, de dejarlo todo y enfocarme en hacerlo sufrir, y montar fiestas de sus desgracias, y bailar en los charcos de sangre que les dedique, hacer sacrificios para ver las lagrimas salir de las pequeñas rendijas asiáticas que tiene por ojos, lucho con las ganas de ir a un funeral de la familia Win una vez al año, y de ultimo ir al del mismísimo Pao Win, el proxeneta más poderoso de todo el lado sur del condado.

pero por ahora torturarle con el falso pacto de sangre deberá ser suficiente, lo había inventado todo, pero lo importante no era lo falso que fue, sino que los imbéciles se lo creyeran, así de importante es un acto de corazón, requiere uno solo, tal vez dos que den frutos, sino, no es la persona correcta para usar,  con Pao fue suficiente uno para que creyera que cada vez que lo baño con sangre de algún animal, las cosas van a ir como el quiere, solo me tengo que enfocar en que quiera lo mismo que yo cada mes, y rociarlo con sangre de un par de ratas muertas del basurero.

Así que solo camino... y entro en mi coche, con la mirada perdida en nada, nada podía alterarme... porque no se vive en la vida con amor, ni odio, ni bondad ni todas esas mierdas... en la vida se vive con dinero.

EXPEDIENTE 0234Donde viven las historias. Descúbrelo ahora