5. No fue un buen día

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Capítulo 5: No fue un buen día

Era difícil explicar las sensaciones que subían por su pecho, era una mezcla de orgullo, cariño y cuidado, Louis se sentía un alfa fuerte y satisfecho consigo mismo, de una manera diferente y nueva, de una manera que no había sentido antes.

A pesar de sentir su brazo hormiguear debido al peso y el tiempo que el omega lleva dormido cómodamente contra él, nada podía quitarle la comodidad y el calor que subía por su pecho cada vez que el de cabello rizado se movía, indicando un posible despertar; y el alfa perfumaba el ambiente, haciendo que su aroma llegara rápidamente a la nariz del omega, quien inhalaba y volvía a dormirse, lo suficientemente tranquilo y confiado como para sentirse seguro incluso inconscientemente.

Cuando decidió demostrar que el interés era mutuo, Louis no imaginó que se encontraría aún más encantado por la dulce criatura en sus brazos, sin saber cuan profundo era su deseo, ya que las sensaciones que se apoderaron de su cuerpo en aquel corto período de tiempo parecían demasiado intensas para describir un simple interés o deseo.

Harry era tan suave, tan dulce, la palabra 'alfa' deslizándose de sus labios se convirtió en el sonido favorito del empresario en tan poco tiempo, se sentía tan bien. Pero aún así necesitaba tener cuidado, inexplicablemente una inseguridad aún palpitaba dentro de él, las señales eran claras, pero necesitaba escuchar de la boca del omega que en realidad lo veía como un compañero, alguien con quien compartir momentos, alguien para tener un cortejo.

Louis no era de los que se involucraban superficialmente, tanto que su vida privada era un poco monótona, las relaciones eran complicadas y requerían paciencia y madurez, si iniciaba un cortejo llegaría hasta el final, no iniciaría una relación tan intima para después abandonar todo en seguida porque algo no funciono, necesitaba asegurarse de que el suelo por el que caminaba fuera sólido, lo cual no era tan inusual entre los lobos, aquellos que buscaban unirse de por vida.

Siendo el interés uno de los principales puntos de iniciación para algunas parejas, también era un poco aterrador para Louis salir de la ceguera total, ya que se convenció con todas sus armas que interesarse por su asistente era más que absurdo, y ahora, estaba allí, buscando una confesión del chico.

A pesar de ser seres sociales y amigables, en su mayor parte, los lobos buscaban crear buenas relaciones con todos los que los rodeaban, a Louis, a su vez, le gustaba mantener un aire amistoso con todos sus trabajadores, especialmente con aquellos que llevaban mucho tiempo a su lado en el día a día, como Harry. Sabía que desde el principio esa relación se escapaba del simple profesionalismo a algo más intimo, como por ejemplo, sus empleados conocían a su familia, pero como con Harry muchas veces tenía que ampliar su tiempo terminando algún trabajo conjunto en su residencia, tuvo un contacto mucho más intenso con los miembros de la familia Tomlinson, intenso al nivel de las hermanas menores del alfa sintiéndose lo suficientemente cómodas como para invitar a Harry a tomar el té con algunos juguetes de peluche, chismeando sobre cosas infantiles, y eso no disgustaba al alfa en absoluto.

Ellos conversaban sobre tantas cosas cuando estaban juntos, en los viajes no era raro que ambos usaran el tiempo libre para escapar y ver algunos lugares, tal como los trabajos que exigían hacerlos de noche se tornaban menos desagradables con el suave canto de la voz profunda del omega. La rutina que existía entre ellos variaba entre un momento extremadamente profesional y enfocado solo en sus deberes, hasta una escena en la que Harry preguntaba por las hermanas menores del alfa, enviándoles muchos besos.

Pensándolo mejor, no fue tan extraño que surgiera una relación más personal entre ellos, de hecho todo alentaba algo más para ambos, quienes aún permanecían con los ojos cerrados ante el sentimiento que iba evolucionando, creciendo entre ellos. Aunque todavía existía una especie de barrera invisible que los separaba, dejando entre líneas que esa relación, por muy personal que fuera en algunos puntos, aún era necesaria, seguía siendo una relación entre jefe y empleado.

Encontrado no es robadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora