Capítulo 2: ¿Puedo usar tu oficina?
Una vez que se encontró en la comodidad de su apartamento, Styles realizó su rutina habitual después de un largo día de trabajo, siendo este el último antes de su licencia, dejando atrás su ropa y dirigiéndose a una merecida ducha, retirando de si cualquier olor indeseado, siendo abrazado solo por su aroma natural y su shampoo de frutos rojos. Perfecto para su próximo y más placentero paso antes de una buena noche de descanso, dejando de lado la cena, no tenía hambre esa noche.
A pesar de vivir solo, todavía se sentía como un pequeño delincuente siendo observado por sus pequeños robos, los pies se arrastraban suavemente por el suelo, se acercaban sigilosamente a la habitación deseada, ni siquiera se había pasado sus cremas, no quería ningún olor atrapado en su futuro momento. En un baño "deshabilitado", donde había una bañera lo suficientemente espaciosa para acomodarlo cómodamente, estaba su nido, tal vez eso podría considerarse ¿su habitación secreta de placer?
Mirando a su alrededor, llevó la llave a la cerradura, abrió la habitación y se sintió abrumado por la euforia incluso antes de entrar en el cálido e íntimo espacio. Siendo agraciado después de abrir la puerta por un aroma tan conocido y deseado, el aroma de su no alfa. Era ahí donde se encontraban todas las piezas de ropa que había "encontrado" en el piso de la oficina de su jefe, dentro de la espaciosa bañera, una pila de sábanas blancas, en edredón grande y mullido y almohadas que servían de base para un "piso" suave, mientras que algunas corbatas y un saco estaban acomodados alrededor del nido.
Las piezas más nuevas, las que aún tenían el olor del alfa, estaban cerca de la parte superior del nido, donde Harry podía olerlas más fácilmente porque estaban cerca de su cara, las pocas piezas más antiguas, las que eran el resultado de sus primeros actos de atrevimiento, permanecían en el nido, pero cerca de los pies del omega, no podía deshacerse de esas prendas, a pesar de que ya no quedaban rastros del olor de Louis en ellas, les tenía mucho cariño a las telas y los recuerdos que guardaban.
Emocionado, se quitó la bata y abrió la ducha, viendo allí su amado nido de la misma manera que lo había dejado, cómodo, fragante y esperándolo. Cuidadosamente, metió su calcetín en esa mullida pila de telas, envolviéndose en un último movimiento, el saco perfumado, cubriendo su desnudez con la prenda, demasiado feliz por estar envuelto en el aroma del alfa y ahora en el calor de las mantas. Aquel sería un buen celo, si se sentía tan seguro y cálido en medio del aroma de su no alfa, sabía que la comodidad era un punto importante para un omega en ese momento, ronroneando, se sentía en el cielo al estar allí, a salvo y sintiendo el olor de Louis.
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Dos días después de despedirse de su jefe, Harry se encontraba en la más perfecta calma, dentro de su amado nido, en una deliciosa siesta que duraría unas horas, si no fuera por el timbre intensamente tocado. Con gran disgusto, él omega se encontró arrastrando los pies hoscamente hacia la puerta, tratando de adivinar quién podría ser, quien estaría tomando su delicioso momento de tranquilidad y calma antes de su calor, que, según sus cuentas, estaría llegando la próxima mañana.
Pero todo el sueño que habitaba en su ser se desvaneció cuando vio quien llamaba, expresión seria y postura erguida, ropa casual y copete encantador componiendo toda la belleza y seducción que parecía ser parte natural de ese alfa. "Buenos días, señor Styles. Lamento aparecer sin previo aviso, pero no contestaba su celular y necesito urgentemente un lugar tranquilo para releer algunos contratos."
Era Louis, derramando información sobre un omega confundido vestido con una pijama con estampados de fresa, que acababa de salir de su tercera siesta de la mañana perezosa que estaba teniendo. Demasiado rápido, demasiada información, huele demasiado bien...
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Encontrado no es robado
NouvellesQue Harry estuviera anidando era normal para un omega en su pre celo, el único problema era que entre las suaves telas, ropa que no era suya componían esa maraña de tejidos. Louis Tomlinson, su jefe alfa, necesitado de un lugar tranquilo para trabaj...