Capítulo 10: Te quiero como yo quiero.
Meñiques entrelazados, brazos balanceándose hacia adelante y hacia atrás, como la pareja más perfecta de enamorados. Harry seguramente estaba soñando, un sueño donde lo que menos deseaba era ser despertado, finalmente estaba tocando, siendo tocado y asumiendo para todos los ojos a su no alfa, ¿o era ahora, su alfa? No importaba, las únicas cosas que tenían algún valor en ese momento para el rizado era el roce de sus cuerpos mientras caminaban lado a lado, las caderas chocando en momentos, demasiado cerca el uno del otro, siendo casi mortal una separación corporal de los dos en aquel momento.
Estaba tan feliz, de hecho, mucho más que feliz, en un júbilo que no cabía en su pecho y su sonrisa no podía traducirse, su corazón estaba regocijado y su cuerpo estaba al límite. Louis, ese alfa guapo y fuerte, que olía tan bien y que era su amor secreto, estaba allí, a su lado, llevándolo a su apartamento, en un acto cariñoso y cuidadoso que hizo que el joven omega se sintiera aún más cálido y lleno de alegría. ¡Él quería tanto besar a su jefe!
No intercambiaron más palabras, estaban en ese cómodo y familiar silencio, disfrutando de la compañía del otro, admirando a su pareja siempre que fuera posible, en un eterno intercambio de sonrisas y, por parte de Louis, besos en el dorso de la mano del moreno, en esa burbuja de cariño y sentimientos que ambos crearon llegaron a la puerta del apartamento del rizado, quien nunca pensó que sería tan triste estar en su casa, pero en ese momento, la seguridad de su hogar significaba la partida del castaño.
Ya sintiendo la tristeza de separarse, Harry se aferró a la mano que sostenía la suya, agarrando el brazo de Tomlinson con la otra mano, temeroso y extremadamente incómodo por alejarse de su amor en ese momento. Diablos, finalmente había logrado hablar sobre sus sentimientos y ser correspondido, y Louis realmente tenía que irse ahora, ambos eran adultos después de todo, ¡no tenían hora para dormir o algo así! Por supuesto, ya era un poco tarde y tal vez no era tan seguro moverse a esa hora, pero bueno, una pequeña taza de té no le haría daño a nadie, ¿no?
No, nada de té, que aburrido, una copa de vino, ¡sí! Lo invitaré a tomar una copa de vino conmigo, pensó, tratando de extender su contacto con el alfa, queriendo mantenerlo para él lo máximo posible. Louis no había dicho que se iba, pero el rizado tenía claro que el empresario pronto se despediría de él, ya que fue el mismo hombre de ojos azules quien lo alertó de la hora tardía cuando estaban dando su primer y perfecto beso.
"Bueno, llegamos, yo-"
"¡Vino!" Casi gritó , impidiendo que el castaño continuara hablando, recibiendo una mirada inquisitiva del mismo. "Digo, ¡vamos a tomar una copa de vino, conmigo!" abrió la boca y parpadeó, cara a cara con el hombre del que estaba enamorado, totalmente confundido, creyéndose un verdadero tonto por estar tan afectado por Louis y el recuerdo de los labios perfectos sobre los suyos. "Quiero decir, ¿no quieres pasar a tomar una copa de vino conmigo?"
Tomando una respiración profunda, los ojitos verdes un tanto desorbitados mirando al alfa, luego liberando todo el aire de sus pulmones, tan ansioso. Ya culpando mentalmente a su pre calor, ya que obviamente era lo que hacía al moreno tan afectado y sensible con el guapo alfa, casi se derritió al recibir una linda sonrisa y un breve beso en sus labios, antes de escuchar la respuesta del alfa. "Por supuesto, omega, me encantaría."
"Mmm, eres tan lindo..." prácticamente gimió, los labios atrapados entre los dientes en una linda sonrisa, ganándose unas cejas arqueadas y una expresión gentil del alfa. Louis era tan guapo a la luz blanca del pasillo, que hacia que el pobre y remilgado omega sintiera que podía morir allí mismo y ya estaría viendo a un ángel.
"Gracias, cariño." se acercó al rizado solo para rozar sus narices, riéndose del fuerte ronroneo de su asistente. "Tu eres simplemente hermoso, no sé cómo tuve tanta suerte..."
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Encontrado no es robado
Historia CortaQue Harry estuviera anidando era normal para un omega en su pre celo, el único problema era que entre las suaves telas, ropa que no era suya componían esa maraña de tejidos. Louis Tomlinson, su jefe alfa, necesitado de un lugar tranquilo para trabaj...