13. Dominio

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Capítulo 13: Dominio

Louis estuvo como media hora en esa misma posición, sentado en una de las sillas de la cocina, con los brazos apoyados en la mesa, expresión perdida, confusa, volviendo sobre todos los pasos y en consecuencia todo lo que lo llevó a estar en esa situación. Su omega solo en una probable nueva ola de calor, encerrado en un baño deshabilitado, tratando de mantenerse alejado de él, enojado, triste y sintiéndose traicionado.

Y allí estaba Tomlinson, con la garganta dolorida por el nudo que se estaba formando, tenía ganas de llorar pero no quería derramar ninguna lágrima, al menos no otra vez, ya lo había hecho segundos después de ser expulsado por el omega, llorar de nuevo no era una opción, porque no sabía si sería capaz de detenerse rápidamente para volver a intentar acercarse a su omega, y pronto se dio cuenta que llorar no resolvería nada. Tratando de ser comprensivo consigo mismo, Louis trató de recordarse que esta era su primera experiencia cuidando de un omega en celo, que todo lo que sabía era solo teorías, algunas que ya ni siquiera recordaba.

Pero cuando pensó en su moreno, acostado, necesitando su aroma, su calor, su nudo para calmar su celo y sus dolores, pero aún prefiriendo estar lejos del alfa, Louis se sintió sin aliento, las lágrimas volviendo a llenar de agua sus ojos. "Mi omega..." murmuró, sollozando, tratando de calmarse, tomando una respiración profunda, tembloroso.

¿Qué hago ahora? Pensó, angustiado, solo queriendo correr escaleras arriba, entrar al baño, obtener permiso para estar en el nido de su omega y así consolar al rizado y ser reconfortado por él. La autocompasión no me llevará a ninguna parte... reflexionó, llevándose las manos a sus ojos irritados, frotándolos con los puños cerrados, dándose cuenta de que seguir mirando a la pared, preguntando a los elementos que hacer, no traería ningún resultado sin una verdadera acción.

Cansado de su estado actual, el alfa volvió a respirar hondo, sintiendo el aire entrando y saliendo de sus pulmones, tratando de sacar a relucir una de sus más orgullosas cualidades, la de saber cómo superar un problema incluso cuando le estuviera pesando sobre los hombros y pareciera que no hubiera salida. Abatido, el alfa recordó la acusación de su omega sobre su "hedor", bien, ese parecía ser el paso más lógico a seguir, tomar una buena ducha, eliminar cualquier rastro de olor en su piel y ropa que no fuera el suyo.

Suspirando, el alfa se arrastró por la casa del rizado, subió las escaleras, apoyando sus manos en las paredes del pasillo, sin resistir la tentación se acercó al baño deshabilitado, apoyando su rostro, específicamente su oreja en la puerta blanca, tratando de captar cualquier ruido que indicara que su omega estaba "bien". No tuvo que esperar mucho, mientras presionaba su mejilla contra la puerta, podía escuchar ruidos, luego largos gemidos y algo que le rompió el corazón y lo hizo lloriquear alto contra la puerta, un sonido de un sollozo alto.

Después de su fuerte lamento, solo hubo silencio, como si Harry supiera que estaba detrás de la puerta, queriendo captar cualquier indicio de lo que estaba sucediendo en esa habitación, y como castigo adicional, solo entregó silencio y misterio al alfa. Aullando tristemente, el alfa se alejó de la puerta, dirigiéndose al baño, labios curvados hacia abajo, los hombros igual de bajos, el alfa estaba derrotado.

Y bueno, lloró un poco en la ducha, frotándose con fuerza la piel con una esponja y el jabón líquido de su omega, viendo la dermis dorada volverse rojiza debido a la fuerza utilizada para limpiarse, para deshacerse de olores indeseables. Su ropa ya estaba en la cesta de ropa sucia y él ya estaba limpio, mirándose fijamente al pequeño espejo que estaba en el baño, el alfa llevó los puños a sus ojos rojos, frotándolos antes de peinarse el cabello castaño con los dedos. De nuevo sorbiendo todo el aire, la humedad, el olor a limpieza y el jabón del omega en el ambiente, el empresario decidió dar su próximo paso.

Encontrado no es robadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora