Capítulo 10: Crisis

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¡Buenas!

Sigo deprimida y sin muchas ganas de pensar en fanfics, pero logré sacar este capítulo adelante, así que mejor lo publico.

¡Disfruten la lectura!

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Luego de discutir y follar, Draco no pudo evitar tomar distancia. Harry no le dio muchas vueltas y se dedicó a sus propios asuntos, dándole espacio al rubio. Por casi dos meses se mantuvieron alejados, sin embargo, era innegable que la relación entre ellos había cambiado. Se llevaban mejor, sus discusiones se solucionaban rápido y podían pasar tiempo junto a Teddy sin golpearse o hechizarse. El Slytherin sabía que su tregua empezaba a tener un carácter amistoso, por lo que aprovechó la buena disposición del auror para involucrarse de forma más activa en lo que refería a su enfermedad.

"No lo sé, Draco, no creo que te sientas cómodo entre muggles".

Cada vez que el Slytherin sacaba el tema, Harry sacaba alguna excusa. Estaba reacio a dejar que Draco lo viera vulnerable, cuestión que era comprensible. Aunque tenían un trato, era difícil olvidar siete años de rivalidad y odio.

"Soy el único que lo sabe, Harry, ¿estás seguro de que puedes lidiar con todo tu solo?"

Draco solo tuvo que abrir los brazos y darle un lugar seguro a Harry para que todas sus barreras bajaran. Ellos no eran amigos, pero compartían más secretos que con sus respectivas amistades. Ellos peleaban todo el tiempo, diciéndose las cosas más crueles, pero confiaban ciegamente en el otro, aferrándose al otro cuando debían enfrentar alguna adversidad. Ellos tenían un matrimonio por contrato, pero ambos se esforzaban por llevar adelante la relación, especialmente por darle a Teddy un hogar acogedor y seguro.

Al final, Harry llevó a Draco consigo cuando tuvo su siguiente cita en la clínica oncológica. Debía hacerse una serie de exámenes cada cierto tiempo y hasta el momento los había hecho con la única compañía de una enfermera. El auror pensaba que podía lidiar con su enfermedad solo. Harry no supo lo mucho que anhelaba consuelo hasta que, luego de registrarse, se sentó con el Slytherin en unas sillas plásticas, esperando a ser llamado.

—¿Será doloroso? —preguntó Draco, observándolo atentamente.

—Algunas cosas son incómodas, pero no dolorosas —explicó Harry con el ceño fruncido.

—¿De nuevo la cabeza? ¿También tienes náuseas?

Con familiaridad, el Slytherin acercó sus manos a las sienes del auror y comenzó a masajear suavemente.

—¿No deberían ayudarte con esto? —cuestionó algo molesto.

—Por eso vine, Draco —Harry tomó las muñecas del joven y lo obligó a bajar las manos—. Quizás me cambien las dosis o los medicamentos, todo depende de lo que se vea en los exámenes.

Solo tuvieron que esperar 15 minutos para que el auror fuera llamado. Draco no podía acompañarlo a las salas donde debía hacerse las pruebas, por lo que se quedó en la sala de espera. Tratando de consolarlo, el Slytherin le sonrió a Harry, quien se había girado para darle un último vistazo antes de que la puerta se cerrara. Draco creía que se aburriría, pero una mujer bajita, con gafas y una bata blanca se le acercó.

—¿Señora Potter? Buenos días, me presento: soy Evelyn Loyd, estoy a cargo del tratamiento de Harry Potter. Si no fuera mucha molestia, ¿podría acompañarme?

—Buenos días —Draco se apresuró a ponerse de pie para estrechar la mano que la mujer le ofrecía—. Soy Lyra Potter, la esposa de Harry.

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