Capítulo 9: ¿Concebir?

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¡Buenas!

Lamento mucho la demora, no ha sido un buen mes :')
1. sigo deprimida, así que me cuesta escribir algo decente
2. a mi hermano se le echó a perder su laptop, así que tuve que prestarle la mía por unos días
3. me enfermé horrible del estómago

En fin, acá les traigo un nuevo capítulo que me quedo LARGUÍSIMO, pero no me importa porque tiene p*rno y eso era lo que quería escribir :) Sí, pal final del capítulo habrá una escena subida de tono, si no les gusta... ¿qué hacen en esta historia? Desde un principio les dije que iban a haber cochinadas... jiji

¡Disfruten la lectura!

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Al regresar a Inglaterra, el matrimonio Potter tuvo que enfrentar el tema del heredero.

Harry se había preocupado de hacer una cita en una clínica de fertilidad muggle y había llevado a Draco consigo. En la consulta quedó demostrado que el Slytherin desconocía por completo su propio cuerpo y que la situación del auror era demasiado particular, por ello fue que la sanadora muggle les pidió una serie de exámenes. Dependiendo de la biología de sus cuerpos les daría opciones para el embarazo asistido.

—¿De verdad no podemos desayunar? —se quejó Draco, intentando acomodarse en la dura silla de la sala de espera.

—Ya te dije, lo que comemos afecta a nuestro cuerpo. Para saber cómo estamos, no debe haber nada raro —respondió Harry, soltando un suspiro de agotamiento.

—¿Y después de que le demos nuestra sangre podremos comer?

El auror volvió a suspirar y se frotó el puente de la nariz, levantando un poco las gafas. Draco hizo una mueca y desvió la mirada hacia una puerta donde una mujer con uniforme llamaba a los pacientes que debían hacerse exámenes.

—Nos pidieron más cosas que exámenes de sangre, estaremos un rato aquí —explicó lentamente el auror, señal de que empezaba a perder la paciencia—. Tienen que ver cómo está nuestra salud en general y revisar si los tratamientos del cáncer afectarán la inseminación.

Draco hizo un mohín al escuchar que estarían "un rato" allí. Bajó la vista y se arregló la falda del vestido, dejando sus manos descansando sobre su regazo.

—Oye, Draco —susurró el auror contra su oreja, haciendo que el rubio se sobresaltara—. No te sacarán mucha sangre. Todo será tan rápido que ni lo notarás, te lo prometo.

Para reafirmar sus palabras Harry tomó su mano y le dio un pequeño apretón. Draco se mordió el labio inferior y le apretó la mano de vuelta. Lo que más le incomodaba de toda la situación era que estaban en una habitación llena de muggles.

—No estoy nervioso —mintió—. He usado mi sangre como ingrediente para pociones y he hecho rituales de sangre. No me da miedo que un muggle se quede con mi sangre, Potter.

Harry se inclinó un poco hacia adelante y lo observó con una ceja alzada, sus ojos verdes parecían brillar detrás de las gafas. Draco se vio obligado a apartar la mirada cuando tuvo repentinas ganas de besarlo, estaba seguro de que pasar tanto tiempo con el Gryffindor lo había vuelto un pervertido, era la única explicación a sus extraños deseos.

—¿Qué tipo de magia haces? —preguntó el auror en una mezcla de sorpresa, curiosidad y horror—. No es que sea ilegal usar sangre, pero roza la magia negra.

—En general son cosas familiares —Draco volvió a mirarlo, concentrándose en el tema y no en sus labios—. Para poder acceder a ciertos lugares o encontrar algunas cosas, es lo básico que debería saber un heredero.

Contrato matrimonialDonde viven las historias. Descúbrelo ahora