Prólogo.

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Isabell.

No puede ser que me ha marcado de por vida todo lo que ha hecho, cada momento, cada nota, cada cosa de el me ha marcado. Después de ser un completo desconocido ahora resulta que es una de las personas a las que más me eh aferrado.

Es que se me hace difícil creer que lo tenga aquí al frente y a mi merced.

—¿Por qué no buscas a alguien diferente?—preguntó con un ápice de curiosidad y también confusión.

Tantas chicas maravillosa y mucho mejores que yo estaban locas por el, no le encontraba ningún sentido en su interés hacia a mi, apesar de que llevamos tiempo saliendo todavía no me lo creo.

—Ya te lo eh dicho antes—bufa mientras observa el suelo y luego a mí —. Solo te quiero a ti odiosita.

Miguel David.

Después de haberle confesado eso que siempre le digo por cierto y siempre surge con el mismo efecto, ella de por sí termina sonrojandose.

Es cierto que hasta el día de hoy recuerdo como si la hubiera conocido ayer, era un recuerdo tan puro y tan tierno que lo apreciaba como mi vida.

—Yo solo te quiero a ti guapo—. Son las palabras que necesitaba para que sin darme cuenta ya estuviera sonriendo con una sonrisa de oreja a oreja.

Y si definitivamente soy feliz aquí.

Primeras Notas[#1 Voces rotas].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora