21.

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Farfadox llegó a la puerta y tocó el timbre, lo cierto era que esos últimos días con todo el estrés de la muerte de Conter y Cuidar a su amiga Suwie no había podido despejarse para nada y estaba actuando más gruñón que lo usual, y eso que el es de por si bastante despreocupado.

Aquella tarde porfin había ido a recoger a su perro mascota tras ordenar todas las cajas de su mudanza finalmente, y para recogerlo tenía que ir a ver a esa persona con la que casi tiene algo, el realmente quería hacerlo lo mas corto posible pero pareciera que cada que se ve con el otro el tiempo le pasa más rápido de lo que le gustaría.

Una sonrisa amplia se pintó en el rostro del más alto como cada vez que lo veía, justo tras abrirle la puerta de su casa

—Amo cuando no me avisas que vas a venir.— abrió conversación con esa frase

—Vengo por Walter.— le contó mostrandole la correa que traía en la mano

—Esta bien, pasa— le dijo simple pero sin borrar aquella sonrisa dejándole pasar, cuando este lo hizo; cerró la puerta. —Esta en el patio, sígueme — le tomó de la mano para guiarle hacia la puerta de vidrio que daba al patió, la deslizó para abrirla y pasó al lugar.

—Le compraste una casa para perro tan amplia...? Sabiendo que lo ibas a tener temporalmente?— farfadox le alzó una ceja al ver esa gran caseta

—No iba a tener al perro de mi amor en malas condiciones.— le habló con esa sonrisa que no se le iba de la cara cada que hablaba con él.

Farfa dejó salir una risa nasal por ese comentario, también dejó salir un codazo hacia el brazo de Rich. Este rió muy bajo.

—Anda, llamalo —

—Walter!— luego de esto y dirigió una de sus manos a sus labios e hizo sonar un silbido, el canino movió sus orejas y se levantó de su posición para correr hacia su dueño, al llegar a él le saltó en dos patas apoyándose en sus piernas, farfa le lleno de mimos, caricias y besos en pocos segundos.

El contrario veía esta escena desde su posición y pudo decir con certeza que por primera vez en su vida sintió la ternura. El no podía saber que era eso, solo podía describir aquel sentimiento como...una emoción suave y afectuosa que le generaba un sentimiento de cariño, compasión y cuidado...un tipo de admiración dulce, una cálida y reconfortante sensación que lo envolvía por completo, un sentimiento que definitivamente solo el otro podía generarle y que no cambiaría por nada en el mundo.

—Lo veo mas gordo, estas mas gordo hijo de puta? Ah? Gordo bondiola?— le preguntaba bromista a su perro mientras no dejaba de acariciarle

—Hice un buen trabajo alimentandolo— mencionó sin quitar su mirada a cejas bajas de aquellos dos

—Si Walter no estuviese jubilado te hubiese cagado a punteadas por romperle la dieta—

—Es un dogo argentino...son cazadores, tienen un gran apetito y no era nadie para negarme a esos ojitos—

Farfa cargó a aquel pesado perro en brazos como si fuese un ligero perro diminuto, solía entrenar y estaba bastante enforma entonces aquel peso no significaba nada para sus músculos.

—No te digo nada, se merece ser concentido— sonrió, alzó a walter con ambas manos hacia la altura del rostro de Rich donde le dejó una lamida en el rostro como forma de beso canino.

Rich ante esto mostró sus dientes en una sonrisa.

—No te hizo quilombo?— le preguntó

—para nada, fue un amor de perro.—

—Piola— bajó al perro de sus brazos colocando sus patas sobre el suelo —Tonces me lo llevó ya.—

—No te quieres quedar más tiempo?— tomó las manos del otro y entrelazó sus dedos rápidamente en ellas —Hace un rato no te veo...ah sido una semana algo dura.— Empezó a tratar de convencerlo de quedarse junto a él

Dead Lovers - Farfarich Donde viven las historias. Descúbrelo ahora