𝕊𝕌ℙ𝔼ℝ 𝕊ℍ𝕐 • 𝐡𝐲𝐮𝐧𝐣𝐢𝐧

𝓕𝓲𝓿𝓮

Al día siguiente, el domingo Hari y Minho pasaron nuevamente el día juntos luego de que ella terminara su turno, habían ido al cine y después regresaron para tener una agradable cena con los padres del mayor en casa de la familia Im. La visita de Minho había sido inesperada, Hari nunca imaginó llegar a verle el sábado y gracias a ello lo iba a extrañar mucho, aun más porque no tenía certeza de cuando volvería a verlo, pues Minho se había marchado esa misma noche de regreso a su dormitorio, desafortunadamente él también debía asistir a sus respectivas clases en la universidad.

Con el inicio de otra nueva semana de clases mas, Hari al finalizar de alistarse para el colegio y de disfrutar de su desayuno en compañía de sus padres, tomó su mochila y se despidió de ambos regresando a darles un cariñoso abrazo a cada uno, pero repentinamente antes de salir de la cocina para irse, su madre con una amplia sonrisa le avisó que había un obsequio para ella en la sala.

Tentada en la curiosidad del qué podría ser decidió echarle un rápido vistazo pues, aún tenía tiempo de sobra para llegar al colegio.
A simple vista era una bolsa blanca y dentro de esta había una caja del mismo color con un enorme y bonito lazo violeta, pero antes de abrirla, leyó la pequeña notita escrita que se encontraba pegada sobre esta.

“Ahora solo debes cumplir con tu promesa”

Con una mezcla de sorpresa y ansiedad rápidamente abrió la caja y vió un par hermoso de nuevos patines, eran blancos ligeramente escarchados en tonos violetas y rosas.

Sintió una mezcla de sentimientos en su pecho, asombro, emoción, vergüenza. Sentía que no era correcto aceptar algo tan costoso como lo eran ese par de patines, se sintió mal por Minho y muy culpable por haberle hecho gastar 250 mil wons tan repentinamente.

Los volvió a guardar y tomó la bolsa con una ligera pesadez saliendo de casa. En ese momento recibió un mensaje de él.

Corrió hasta la parada de autobuses cercana y logró tomar el próximo bus, algunos minutos mas tarde se encontraba ya cerca del colegio, sin embargo, al contrario de los demás estudiantes presentes en el bus, Hari no se bajó y continuó hasta llegar al final de la ruta, la terminal de autobuses.

Por un momento se sintió insegura de hacerlo, pero ya estaba ahí, era muy tarde para arrepentirse, pues ya tenía en sus manos el boleto para el autobús en dirección a Seul, el cuál estaba a nada de partir y finalmente casi 3 horas y media mas tarde, pasadas las 12 del mediodía había llegado a la terminal de autobuses de Seúl en la cual tomaría otro bus para llegar a la universidad de Minho.