Felix no pudo evitar tensarse rápidamente tras ver a Hari salir. Su expresión al marcharse lo había inquietado más de lo que estaba dispuesto a admitir, y por más que intentaba concentrarse en las conversaciones y bromas a su alrededor, una especie de inquietud lo impulsaba a seguirla. Era casi como si algo dentro de él supiera que ella necesitaba compañía, aunque no lo dijera.
Sin pensarlo demasiado, salió tras ella a pasos rápidos pero silenciosos mientras atravesaba el pasillo. A lo lejos, la figura de Hari se movía con esa gracia y tranquilidad característica, pero había algo en la rigidez de sus hombros que le decía que no estaba bien. Felix aceleró el paso, luchando por encontrar las palabras correctas, aunque sabía que con Hari siempre era complicado. A veces, la única forma de acercarse a ella era con paciencia.
—Hari. —su voz sonó suave cuando al fin la alcanzó, deteniéndose apenas unos pasos detrás de ella. La mayor se detuvo, girando lentamente, al saber perfectamente de quien se trataba. Sus ojos, grandes y oscuros, se encontraron con los de él, y aunque no dijo nada, Felix sintió ese muro invisible que siempre la rodeaba, ese escudo de timidez que parecía difícil de atravesar. —¿Estás bien? —preguntó, cargado de una preocupación sincera. Sabía que la respuesta sería breve, tal vez un simple "sí" o "no", pero no podía evitar intentarlo.
Hari desvió la mirada, mordiéndose el labio como si no supiera bien qué decir. Siempre había sido así. A pesar de que habían compartido tantos momentos, lo único que quedaba ahora era esa distancia. Felix sabía que Hari era complicada; nunca dejaba que nadie entrara por completo. Siempre reservada, siempre distante, como si temiera lo que pudiera pasar si se permitía ser vulnerable.
—Estoy bien... yo... es que... —empezó, pero su voz se apagó. Se pasó una mano por el cabello en un gesto nervioso que Felix reconoció al instante. No lo estaba. No estaba bien, pero no sabía cómo expresar lo que realmente sentía.
—Sé que ha sido un día... raro. —dijo él, intentando suavizar el momento, bajando la voz para que suene más reconfortante. —No es fácil volver a hablar con personas que... bueno, con personas que solíamos conocer bien.
Hari levantó la vista un poco, como si estuviera sorprendida de que él mencionara lo evidente. Siempre había algo incómodo entre ellos ahora, algo que ninguno de los dos se atrevía a enfrentar de frente.
—No tienes que decirme todo, ¿sabes? —murmuró Felix, con una reconfortante calidez en su voz, buscando ofrecerle algo de consuelo sin presionarla —Pero si hay algo que te moleste, siempre puedes contar conmigo... Tu nunca dejaste de importarme.
Hari se quedó quieta, su respiración era apenas audible, pero su lenguaje corporal gritaba asombro. No era solo por la situación; era por los años de distancia, por el peso de lo que solían ser y ya no eran.
—Es solo que... —Hari vaciló, hablando más bajo de lo habitual —Han pasado tantas cosas desde entonces.
Felix asintió lentamente, reconociendo lo que ella no decía directamente. Ambos habían cambiado, habían crecido, pero la brecha que se había abierto entre ellos seguía siendo difícil de cruzar.
—Lo sé —respondió en un tono más suave —Y no espero que las cosas sean como antes, pero... no tienes que sentirte sola. A veces... —hizo una pausa, encontrando sus propias palabras difíciles de pronunciar —A veces lo extraño, sabes. Ser tu amigo.
La declaración salió con más honestidad de la que había previsto, pero no la retiró. Había algo en la franqueza del momento que se sentía necesario. Hari lo miró, y por un instante, sus ojos mostraron una chispa de emoción, algo vulnerable, pero tan rápido como apareció, se desvaneció. Ella asintió ligeramente, bajando la mirada.
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𝕊𝕌ℙ𝔼ℝ 𝕊ℍ𝕐 • 𝐡𝐲𝐮𝐧𝐣𝐢𝐧
Fanfic𝘕𝘪 𝘴𝘪𝘲𝘶𝘪𝘦𝘳𝘢 𝘴𝘢𝘣𝘦𝘴 𝘮𝘪 𝘯𝘰𝘮𝘣𝘳𝘦, ¿𝘯𝘰 𝘦𝘴 𝘢𝘴í? Hari no tenía ni la menor idea de que Hyunjin la observaba hasta ese pequeño incidente aquel viernes... ᵉˢᵗᵃ ʰⁱˢᵗᵒʳⁱᵃ ᵖᵘᵉᵈᵉ ᶜᵒⁿᵗᵉⁿᵉʳ ᵗᵉᵐᵃˢ ˢᵉⁿˢⁱᵇˡᵉˢ ᵖᵃʳᵃ ᵃˡᵍᵘⁿᵃˢ ᵖᵉʳˢᵒⁿᵃˢ