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Un nuevo día empezaba, el sol brillaba en todo su esplendor, entrando por la ventana de un joven, que intentaba ignorarlo, al ver que no podía seguir durmiendo con toda la pereza del mundo se 𝘭𝘦𝘷𝘢𝘯to.
El joven albino salió de su recamara directo a la cocina para hacer su desayuno, para que después de terminarlo lavar los utensilios que utilizó, regresó a su habitación para tomar una ducha.
No estaba preocupado por su amigo puesto que ya conocía a su amigo y sabia que el siempre se iba sin avisar o decirle algo, lo más seguro es que se vean de nuevo en el trabajo.
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—— Bien ya termine de arreglarme ahora solo toca ir por los mininos para llevarlos al veterinario. —murmuró el albino para si mismo para luego entrar a una habitación que se encontraba cerca de su habitación.
—— Pequeño ya es hora de irnos. —— Uso un tono suave mientras sonreia.
Los gatos solo observaban al albino sin moverse, excepto por un pequeño gatito negro que se acercó
—— Al parecer solo eres tu el único que me hace casi pequeñin. —— Una leve risa salió de sus rosados labios para cargar con cuidado al pequeño gato negro.
El contrario solo maullo, mientras era acariciado
—— Vamos a ir de compras pequeños, así que no hace tanta falta que se preocupen. —— ' bueno en cierta parte no les estoy mintiendo, si iremos de compras, solo no les comente que iríamos al veterinario, no quiero que se asustén'
—— Bien pequeños es hora de irnos. —— el albino avanzo a un sosteniendo en sus brazos al pequeño gato, mientras los demás avanzaron con desconfiada.
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