—Yo del transbordador. Hay muchas tiendas, tú la mitad y Bellamy la otra. Comportaros —advierte Clarke, pasándose la mano por la cara y apartando el cabello de esta. No me gustó la idea de cortarle el sueño después de que por fin pudiera descansar pero las circunstancias lo requerían.
No esperamos y comenzamos a caminar a un ritmo apresurado.
—Gracias.
—Lo hago por Octavia, no me las des —digo un poco seca—. Tu derecha, yo izquierda.
Voy tienda por tienda comprobando si la morena se encuentra en alguna. Alguno que otro sueltan protestas por la repentina aparición, de todas formas me da igual.
Lo único que me importa es que Octavia no está en ningún de ellas. Freno y retengo un suspiro de frustración, observo el panorama con atención, me queda una. Aún sabiendo que no estará ahí, entro.
—Oh, hola. ¿No se lleva lo de llamar aquí abajo?
Por fortuna no es algo muy allá, solo Raven recortando el cabello de Finn.
—Bonito pelo, ¿habéis visto a Octavia? —inquiero apresurada.
—No, ¿por qué? —habla el chico.
—No está por ninguna parte.
—En algún lado debe estar.
—Es como si la tierra se la hubiese tragado, Raven —contesto—. Y no estaba con lo de las bengalas.
—No se lo perdería —mascullar Finn, entendiendo a la perfección lo que insinué.
—Por eso mismo.
Escucho la voz de Blake llamando a Finn desde fuera y salgo, dejándoles a solas.
—Ten —me dice Bellamy, extendiéndome un hacha.
—Gracias, espero no tener que usarla —susurro. Ni el harcha, ni los cuchillos que permanecen escondidos en mi ropa.
