Capítulo 9. Una Molestia

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Mientras los amigos de Yim lo animaban a seguir ganando; era todo lo contrario con los alumnos de segundo grado...

—Nunca pensé que tuviera un nivel tan alto y, con la anterior, terminé cansado —decía Mark.

—Dejaste de practicar cuando salí de viaje, ¿verdad? —preguntó Evan.

El chico solo bajó la cabeza.

—Olvídalo.

Después de eso, Hyun pidió que se reanudara la reta, y todos recibieron una sorpresa...

—Mark no participará —dijo Evan—. Ahora es mi turno.

Yim fue el más sorprendido.

—¿Qué? Es decir... no me sorprendo por eso, sino porque me habían dicho que en esta ciudad no...

—Yo no soy de aquí —interrumpió Evan a Yim—. Sin embargo, cuando Mark tuvo la máquina en su casa, tuve que entrenarlo.

Todos se quedan sorprendidos.

—Entonces, ¿es verdad eso de la máquina en su casa? —pregunta Mina a Mayte.

—Dejemos eso a un lado y comencemos —dice Evan dirigiéndose a Hyun.

—Bueno, ¿qué canciones ponemos? —pregunta Yim.

—Quiero que solo sea una, definitiva para saber quién puede más; no tengo mucho tiempo —sugiere Evan.

—Eso no es justo —murmura Mateo.

—No hay problema si Yim elige la canción.

Los demás muy sorprendidos solo ven a Yim.

—Está bien, no hay problema si es así.

El chico busca una canción para poner... ¿Cuál podría ser?

—Que sea Moonlight.

Evan asiente. Eligen la canción en Crazy y Yim parece seguro de ganarle en una de sus mejores canciones. Sin ponerle atención a su entorno, ambos juegan la canción. Termina y es momento de las calificaciones... ambos sacan A pero...

La sonrisa de Yim se transforma a una cara sorprendida, mientras que Evan solo mira. Hyun como buen árbitro tiene que anunciar al ganador...

—Evan gana...

Todos se quedan sorprendidos, mientras que los alumnos de segundo sonríen.

—Estuvo bien para ser uno de los mejores en Corea —dice Evan a Yim—, pero como anteriormente llevaste la ventaja, esto se quedará así, sin un ganador establecido.

Yim no dice ni una palabra.

—Y en cuanto a ti —dice a Hyun—, después tendré el privilegio de jugar contra ti; por el momento tengo que irme, acabo de llegar a la ciudad.

Así como así, Evan se despide dándoles la mano a ambos pumpers y se retira con sus compañeros.


Al siguiente día... las clases comienzan; la profesora entra al salón.

—Buenos días, alumnos. ¡Hoy les tengo una sorpresa! —saluda alegre.

Yim solo mira hacia la ventana, acordándose de esa diferencia en el score de ayer...

—¡Ha llegado una nueva alumna!

—¿Qué? No puede ser, maestra —dice Mateo, sorprendido—. Estamos fuera de temporada de recibir nuevos alumnos.

—Lo sé, pero esta chica es parte de una familia distinguida y hermana de un alumno de segundo año.

—Ah ya, el favoritismo —dice Kenneth.

Todos comienzan a abuchear.

—Silencio. Como su futura compañera de clases, quiero que la traten bien.

Los alumnos solamente miran a la maestra como si no les importaran sus palabras.

—Adelante, señorita...

Pasa la chica nueva, una chica común como las demás.

—Ella se llama Karen...

Después de una presentación sin mucha importancia, es la hora del almuerzo. En las mesas, Yim discute con sus amigos...

—¿Crees que Evan haya sido arrogante? —pregunta Dany.

—No, se despidió formalmente, imposible —responde Andrei.

—Yo pienso lo mismo... otro en su lugar se hubiera burlado —dice Yim—. Aparte, escuché que entrenó a Mark.

—Cierto, no sabía que se entrenaban para eso —comenta Mateo.

—Bueno, la mayoría de la gente lo hace por competencia... —comienza a explicar Yim.

Mientras, Karen se sienta en la mesa cercana, escuchando todo.

—...hay gente que solamente busca ser el mejor en el juego y olvidan lo que es realmente, un pasatiempo, una diversión.

Todos miran atentos a Yim.

—Cierto, pero... ¿por qué Mark no te ganó si practica en su casa? ¡Es gratis! —dice Dany.

—Porque... no es lo mismo jugar solo o con alguien que solo te entrene. Hay que hacer amigos mientras practicas...

Karen comienza a reír... llamando la atención de los chicos.

—Jajaja.... ¿en verdad piensas eso? Jaja...

Yim solamente la ve.

—¿Tú crees...? Jajaja, no me salgas con que la máquina es tu amiga.

—Me gusta jugar en ella —responde Yim.

—Sí, claro, ¿cómo sé que no lo haces por competir? —sigue Karen.

—Porque estoy bien en esta ciudad a pesar de que no hay pumpers.

—Para empezar, ¿tú juegas? No me digas que eres de los que ponen freedom.

—Los códigos son útiles a veces —responde el chico.

—Sí y después de jugar con ellos sacas una F bien marcada.

—Se ponen cuando le tienes confianza a la canción.

—Más bien cuando estás tratando de lucirte frente a ineptas que no saben diferenciar una flecha roja de la azul.

—Yo no me luzco, no soy freestyler.

—¿Qué te traes contra los freestylers? ¡Son mejor que los speeders!

—No compares, no hacemos lo mismo.

—Jeje, sabía que dirías eso.

Yim solo la mira, molesto.

Todos solamente se les quedan viendo.

—Ella sí juega —deduce Dany.

—¿Cómo lo sabes? —pregunta Mateo.

—Entiende cada cosa que dice Yim —responde.

—Cierto... sí juega... —dicen todos.

Continuará...

Historia de un Pumper (Pump it Up)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora