Historia de un Pumper (Pump it Up)

Capítulo 11. Un Día Difícil

La mañana comienza, Yim se levanta, toma un baño, desayuna y ¡a la escuela! Llega y saluda a todos sus compañeros como es costumbre. Termina otro día difícil en la escuela, con las tareas, exámenes, etc. así que es hora de ir a practicar en el local de videojuegos.

Yim llega y se encuentra a Karen arriba de la máquina...

—¡Justo así te quería encontrar! —le dice de manera retadora.

La chica voltea mientras en la pantalla solo muestra una S como calificación.

—Ah ¡eres tú! El que me maltrató en mi primer día de escuela —dice ella como si nada.

—¡Yo no te hice nada! Tú empezaste —se queja Yim—. Dime qué canción acabas de jugar y en qué modo.

La chica baja de la máquina ya que el juego ha terminado.

—¿De verdad quieres saberlo? —hace una pausa— No, mejor no te digo.

Yim se molesta.

—¡Quiero la reta ahora!

Karen aun no dice nada cuando se oye a alguien riéndose.

—Jajajaja.... es un privilegio que tengas mi presencia aquí.

La chica voltea y Yim cambia de su expresión molesta a una de sorpresa.

—N-no... ¡todo menos esto...! —dice él.

Ambos ven a un chico entrando al local mientras le habla a uno que estaba por ahí...

—Muy bien, aquí tienes el autógrafo del mejor pumper, ya puedes presumirles a tus amigos —dice mientras con un plumón raya la camisa de un chico que no sabe ni qué onda.

Yim solamente baja la mirada y casi se esconde detrás de una sorprendida Karen.

—¡YIM! ¡Cuánto tiempo sin verte! —exclama el chico mientras se acerca.

—¿Lo conoces? —pregunta Karen.

Yim por fin enfrenta al recién llegado.

—Hola, Chang ¿qué haces aquí? —pregunta sin tanto ánimo.

—Quise ver si era cierto lo que dicen que te pasó.

—Y ¿qué me pasó, según tú? —pregunta Yim, listo para escuchar 'su versión de la historia'.

—Me dijeron que viniste a una ciudad sin pumpers para lucirte frente a los ciudadanos y así sentirte el mejor por lo menos una vez en tu vida.

—¿Eso es cierto? —pregunta Karen a Chang.

—¡Eso no es cierto! Me llamaron aquí por equivocación.

—Y entonces, si fue por equivocación, ¿por qué te quedaste? —pregunta Chang.

—Porque me ofrecieron una beca en la Escuela Verde y mi hermano pensó que era bueno aprovecharla.

—A ver —interviene Karen—. Si los dos son coreanos, ¿cómo fue que aprendieron español?

—Fue porque no queríamos estar en el WPF pasado sin entender a nadie —responde Chang—. Convencí a Yim de aprender español ya que la sede era en México.

—Ah, ya entiendo.

—Chang ¿qué haces aquí? —pregunta Yim, cambiando bruscamente el tema.

—¡Tranquilo, Yim! Tú solo ignórame, nadie notará mi presencia.

Al día siguiente, Yim camina rumbo a su salón.

—Bueno, por lo menos en la escuela no veré a Chang, nunca me había sentido tan feliz de asistir a la escuela.