╰► annoying beta; hyunho [omegaverse]

capítulo diez: la propuesta

-Hyunjin no viene -declaró Changbin en voz alta al leer los mensajes de Minho que le anunciaban que ese beta pensaba quedarse con él un rato más.

-¿Quéeee? -Yongbok bufó algo molesto-. Ya le habrá dicho Minho hyung cuatro cursilerías y ya estarán otra vez... Lo he sacado de casa precisamente para que se olvide de él y nada.

Ese joven de pecas ahora giró su rostro hacia Jisung, que seguía en silencio como desde que llegaron.

-Jisungie, ¿al menos tú te lo estás pasando bien...? -le preguntó algo desesperado. Quería que ese día hubiera sido divertido, pero estaba siendo un desastre. Parecía que iba a ponerse a llover, y Hyunjin ya había decidido quedarse con el tóxico de Minho. Jisung, al ver el rostro preocupado y triste de Yongbok, le sonrió un poco mientras asentía.

‐Sí, tranquilo. Si no es fuera el picnic podemos ir a mi casa a hacerlo. Ver una película y eso.

‐¿En serio? -Yongbok estaba que iba a llorar de felicidad.

-Claro. Hyunjin... si quiere puede venir después también, y si queréis avisar a Seungmin y Jeongin sin problema -lo cierto era que le venía bien olvidarse de todo un poco. Llevaba días llorando por Chan, y sin hablar tampoco con Hyunjin al no saber cómo sentirse al respecto de nada. Sólo necesitaba desconectar y hacer nuevos amigos. Y ese omega con el que estaba hablando le estaba empezando a caer muy bien. Después de todo, fue de los pocos que se preocupó por cómo estaba desde lo ocurrido en casa de Seungmin.

-¡Genial! Mándame tu dirección y les digo que vengan -Yongbok ya estaba bastante más feliz, mirando a Jisung con una sonrisa en sus labios mientras Changbin arrancaba el coche.

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Minho mojó su rostro en agua como unas tres veces para quitar la rojez de sus ojos. Todavía no podía creerse que había estado llorando como media hora abrazado a Hyunjin. Y que éste se hubiera quedado con él todo ese tiempo, sin quejarse, sin moverse, y sin dejar de mimarlo.

-Te llevaré a casa -le dijo una vez salió del baño. La rojez no se había ido, pero ya estaba más calmado.

Hyunjin, que estaba sentado en la silla del despacho, se levantó nada más verlo.

-¿Estás mejor? -le preguntó acercándose a acariciar su mejilla. Minho intentó apartarse avergonzado, pero se quedó quieto al notar la insistencia de Hyunjin por acercarse a él.

-Sí... -contestó dando un suspiro, viendo como Hyunjin se inclinaba hacia él para besar castamente sus labios-. Venga, agarra tus cosas para irnos.

‐¿Ahora? ¿Ya has terminado tu turno?

-No, pero me da igual -la indiferencia de su rostro hizo que Hyunjin no insistiera más en el tema.

Lo siguió hacia el coche sin decir nada hasta que se subieron. Se quedó unos segundos mirando a Minho y tomó su mano antes de que arrancase el motor con la llave.

-Déjame quedarme contigo.

El nudo en la garganta de ese alfa se hizo más presente, apretando un poco las llaves.

-No puedes estar conmigo, Hyunjin.

-Por favor -Minho suspiró otra vez. ¿Por qué ese chico tenía que ser tan cabezota?

Arrancó el motor de una vez y empezó a conducir, notando la mirada de Hyunjin que vigilaba que no lo llevase hacia su casa, preparado para quejarse si el camino llegara a sonarle un poco.