Cinco Besos Para Ganarme Tu Confianza

1: Beso en la mejilla

Theodore Nott y Neville Longbottom se encontraban en la biblioteca de Hogwarts, rodeados de libros y apuntes. Neville estaba intentando concentrarse en sus estudios (algo que no lograba), pero Theo parecía distraído, mirando por la ventana con una expresión pensativa.

—¿Pasa algo, Theo? Parecés un poco distraído —le dijo Neville, levantando la vista de los libros ya que no conseguía aprenderse nada.

—No es nada importante. Sólo estaba pensando en... algunas cosas —murmuró Theo.

—¿Cosas? ¿Qué tipo de cosas? —preguntó con curiosidad el Gryffindor.

—Bueno, desde que empezamos a trabajar juntos para los trabajos de Snape —sí, habían empezado a hacer juntos los trabajos para el profesor de Pociones más que nada por obligación de éste, aún así a Neville lo ayudó muchísimo—, he estado notando lo dedicado y amable que sos. Siempre estás dispuesto a ayudar y tu pasión por las plantas es contagiosa —dijo Theo. Por más que no estuvieran en Herbología juntos, Longbottom había logrado contagiar un poco su pasión a Nott.

—Gracias, Theo. Eso significa mucho para mí —susurró Neville, sonrojado.

—Y además... he estado sintiendo algo más que admiración por vos —dijo Theo, acercándose con lentitud.

—¿Q-qué? —musitó Neville, sorprendido.

—Neville, no sé cómo expresarlo, pero... —Theo se acercó y le dio al otro un suave beso en la mejilla— quería agradecerte por ser tan especial.

—Theo, yo... no sé qué decir —dijo Neville, con una sonrisa que no podía evitar, aún algo atónito por ese beso.

—No tenés que decir nada. Sólo quería que sepas cómo me siento —le dijo con nervios Nott.

—Esto es inesperado, pero aprecio mucho tu sinceridad. Sos un buen amigo, Theo —le dijo Neville, colocando su mano en la mejilla donde Theo lo besó, aún sin creerlo del todo.

—Eso es lo que importa, Nev. Sea cual sea la dirección que tome esto, valoro nuestra amistad más que nada —le dijo Theo, y le sonrió con ternura.

—Yo también —asintió Neville.

Después de ese momento, Theo y Neville continuaron su estudio en la biblioteca, pero ahora con un lazo aún más cercano entre ellos. Aunque el futuro era incierto, ambos sabían que la sinceridad era lo más importante.