Epílogo

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Varios años después, los terrenos de Hogwarts seguían siendo un lugar especial para Neville y Theo. Aunque habían dejado la escuela detrás, su amor y su relación habían crecido y evolucionado de formas que nunca habían imaginado, incluso Theo ya le había pedido matrimonio al ex Gryffindor.

Habían compartido risas y lágrimas, aventuras y desafíos, y en cada paso del camino, su conexión sólo se había fortalecido. Neville había continuado su pasión por las plantas y la herbología, siendo profesor en Hogwarts de esa materia, mientras que Theo había encontrado su camino en el mundo de la magia y los negocios. Juntos, habían forjado una vida llena de significado y propósito.

Una tarde, mientras paseaban por los terrenos de Hogwarts de la mano, el sol comenzaba a ponerse en el horizonte. Las mismas estrellas que habían sido testigos de su primer beso seguían brillando en el cielo nocturno.

—¿Recuerdas cuando compartimos nuestro primer beso acá? —le preguntó Theo, mirándolo con cariño.

—Por supuesto que lo recuerdo. Fue un momento que cambió nuestras vidas para siempre —sonrió Longbottom.

—Y estamos acá, ocho años después, todavía juntos y más fuertes que nunca —sonrió Theodore agarrando su mano.

Neville asintió, sintiendo un cálido amor por el hombre a su lado.

—No podría haber pedido un mejor compañero de vida, Theo. Estuviste a mi lado en cada paso del camino, en cada subida y bajada —dijo Neville, mirando a su novio con gratitud y amor.

—Y estaré acá siempre, Neville. Vos y yo, hemos construido algo increíble juntos. —Theo acarició su mejilla.

Se detuvieron cerca de la fuente donde habían compartido su segundo beso, el beso que marcó el comienzo oficial de su relación. El agua brillaba a la luz de la luna, reflejando la magia que había entre ellos.

—¿Te acordás de lo nervioso que estaba cuando me besaste por primera vez? —le preguntó Neville con una sonrisa traviesa.

—Creo que yo estaba igual de nervioso, si no más —se rió Theo—. Pero fue un riesgo que valió la pena.

Neville se acercó a Theo y, con un brillo travieso en sus ojos, depositó un beso suave en la comisura de los labios de Theo, evocando aquel primer beso lleno de emoción y nervios.

—Siempre me hacés sentir emocionado y especial —susurró Longbottom.

—Y vos siempre me hacés sentir amado y apreciado —dijo Theo, acariciando su mejilla.

Mientras compartían un momento íntimo en el lugar que había sido testigo de su amor desde el principio, sabían que su historia estaba lejos de terminar. Habían enfrentado desafíos juntos, habían celebrado triunfos juntos y habían crecido juntos de formas que nunca habían imaginado.

Tomados de la mano, Neville y Theo miraron hacia el horizonte, donde las estrellas comenzaban a parpadear en el cielo nocturno.

—Estoy emocionado por todo lo que el futuro nos tiene reservado, Nev —dijo con voz suave Nott.

—Yo también, Theo. Mientras estemos juntos, sé que podemos enfrentar cualquier cosa.

Y así, bajo el resplandor de las estrellas y la luna, Neville y Theo continuaron su viaje juntos, dispuestos a escribir cada capítulo de su historia con amor, valentía y un profundo sentido de compañerismo.

Cinco Besos Para Ganarme Tu ConfianzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora