Cinco Besos Para Ganarme Tu Confianza

Extra

Los terrenos de Hogwarts, junto al lago, un lugar que había sido testigo de los momentos más significativos en la relación de Theo y Neville, se convirtió en el escenario perfecto para otro capítulo importante de su historia: su casamiento. La brisa suave acariciaba los cabellos de los invitados mientras la ceremonia transcurría con amor y felicidad en el aire.

Vestidos con trajes elegantes pero sencillos, Theo y Neville se miraban con cariño mientras intercambiaban sus votos. Las palabras que compartieron reflejaban su viaje, desde el primer beso en ese mismo lugar hasta los años de amor y crecimiento que habían vivido juntos:

—Desde el momento en que compartimos ese primer beso, supe que estábamos destinados a vivir una vida juntos. Neville Frank Longbottom, sos mi compañero, mi confidente y mi amor eterno. Prometo apoyarte, amarte y ser tu sostén en cada momento de nuestras vidas —dijo Theo, mirándolo con una ternura inexplicable.

—Theodore Nott, nunca imaginé que el chico de Hogwarts que solía parecer tan distante se convertiría en el amor de mi vida. Estoy agradecido por cada beso, cada risa y cada desafío que hemos compartido. Prometo amarte en cada amanecer y en cada puesta de sol, en los momentos buenos y en los malos —dijo Neville de la firma forma.

Sus votos resonaron en los corazones de todos los presentes, y cuando intercambiaron anillos, el círculo de amor que habían construido se selló con más fuerza que nunca.

A lo largo de los años, su amor siguió creciendo y floreciendo. Tuvieron sus desafíos, por supuesto, pero siempre los enfrentaron juntos, con valentía y amor. Su hogar se llenó de risas, ternura y momentos especiales compartidos con amigos y familiares.

Y cuando llegó el momento, Theo y Neville dieron la bienvenida a sus hijos al mundo: Alice, Rachel, Elara y Frank. Los pequeños eran el reflejo de su amor, una combinación perfecta de sus características y personalidades. Cada día era una nueva aventura, una oportunidad para aprender y crecer como familia.

Y mientras el sol se ponía en el horizonte, iluminando el jardín con tonos dorados y cálidos, Neville y Theo se sentaban juntos en un banco, rodeados de su familia. Miraron a sus hijos mientras jugaban y se sonrieron entre ellos.

—Mirá cuánto hemos construido juntos, Nev —susurró Theo, agarrando la mano de Neville.

—Nuestra historia es hermosa, Theo. Y estoy emocionado por cada capítulo que está por venir —sonrió Neville.

Se abrazaron, sabiendo que su amor había resistido el paso del tiempo y había florecido en algo tan profundo y significativo como su familia. Mientras compartían ese momento, rodeados de risas y amor, Theo y Neville supieron que su historia estaba lejos de terminar y que su amor seguiría guiándolos en todos los caminos que recorrieran juntos.