Raro

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Todo era demaciado confuso, salieron de la cueva y se encontraban en un lugar algo lejos de donde empezaron, al parecer, esa cueva era uno de los escondites de Jane ya que no había logrado salir de esa área por unos dos años, ella era de la ciudad al otro lado del bosque, había dejado su vida en la ciudad para mudarse, casarse y poder vivir una vida tranquila en el pueblo del que yo venía, pero no esperaba que el amor de su vida la intentara asesinar antes de siquiera llegar al pueblo y casarse, cuando ella me contó esto, lo desia en un tono demaciado furioso, como si estuviera deseosa de venganza y de echo así era, me ofreció entrenarme y protegerme, todabia no entiendo porque mi corazón se acelera cuando ella se acerca a mi, me niego a pensar que me enamoré a primera vista de ella, nunca e tenido duda de mi sexualidad, soy bisexual y no tengo problema, e tenido novias y novios en mi adolescencia, siempre con el apoyo de mis padres, aunque no niego que Jane es linda, hace poco estaba comprometida, no puedo enamorarme tan rápido ni tan fácil, pero entonces que es, no lo entiendo, es tan confuso, tan RARO, pero no importa, ahora lo importante es sobrevivir y poder darle fin a ese maldito asesino de mierda.
Ella lo sabía, no es fuerte, no conoce el bosque demaciado, casi nunca a salido del pueblo, es pésima orientándose, y para colmo no sabía pelear, sabía algo de defensa básica, debido a su trabajo lo tuvó que aprender, si esa cosa no era humano era posible que fuera algún espíritu o demonio, eran muy raros los que se dejaban ver, pero todos sabían de su existencia, auque en lo usual había siempre algo que los delatara, algo inusual que hacia sospechar a la gente, pero ella no se había percatado de nada inusual durante su relación, lo cual le hacía preguntarse cuantos años tenía ese ser, cuanto tiempo había logrado existir y mejorar.

De pronto Sora escuchó un susurro, era algo fantasmal pero cálido y pacífico a la vez como si la estubiera consolando.

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A Sora le calmo esa voz, ahora lo sabía, los fantasmas de las víctimas las protegían, la calmo, y al fin pudo concentrarse, iba a mejorar, estaba segura.

Una boda sangrientaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora