Prólogo

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Todo salió mal. Yo no tendría que estar aquí, sino que debería de supervisar el entreno de mis cachorros y revisar la próxima misión que realizaría.
Pero, como no, el zopenco de Clarck tenía que estropearlo todo. De no ser por esta pequeña peleita que hemos tenido, en una semana sería la comandante fija más joven de mi rango.
Estar delante del general era humillante, dado que yo era la recluta de mi promoción que antes había subido de rango y, por lo tanto, un orgullo para mi general. Pero gracias al increíble ingenio que mostraba mi acompañante, todo ese estatus había decaído en cuestión de minutos a puñetazos y, lo peor, será el castigo. Mientras rezo internamente para que no me hechen, el general Gray nos miraba con gesto severo.
- No voy a preguntar como es posible que mis dos mejores ejemplos de la marina hayan acabado en una pelea, ni mucho menos la razón la cual, entiendo no alcanzará a mi comprensión, traspasa lo formal y laborial - comienza - pero si una cosa me queda clara, es que no puedo dejaros impunes. Así pues, he estado meditando los posibles castigos que os puedo aplicar hasta encontrar el ideal. Soldado 0780 Clarck William, se irá a prestar servicio al FBI, mientras que usted, soldado 1023 Nelis Walsh, tendra desito en un pequeño grupo de Análisis de Conducta en Cuántico, Virginia. Seguro que agradecerán un castigo tan leve - dijo expectante.
- Pero señor... - comencé a replicar.
- ¡He dicho! - me interrumpe bruscamente.
- ¡Sí señor! - contestamos Clarck y yo.
- Si no tienen más dudas, marchen con sus instructores. Ya les mandaré las instrucciones de como actuar. Marchen.
Sin una palabra, ambos salimos del claustrofóbico despacho, dirigiendonos sin cruzar palabra al que ha sido nuestro cuarto y hogar desde temprana edad. Recojo las pocas pertenencias no vinculadas a la marina que tengo y me dirijo fuera del pentágono. En la entrada espera también Clarck, con cierto aire a melancolía y arrepentimiento. Llegan dos coches que nos transportarán hacia nuestros destinos, pero antes de subirme a uno de ellos, él me detiene con el sonido de su grave voz.
- Si me hubieses dado otra oportunidad, tal vez las cosas hubiesen sido totalmente distintas.
Volteo para ver si es algún tipo de broma, pero el atisbo de esperanza que reluce en su mirada me deja muy claro que él sigue pillado, que sigue recordando las cosas buenas que no volverán.
- Mira, existen dos tipos de mujeres: las que luchan para conseguir a un hombre y las que se arrastran para obtenerlo. Pues yo soy de las terceras. - digo mientras retrocedo lentamente sin dejar de mirarle.
- Pero... no hay tercera
- Por eso mismo, soy única en el mundo y, por lo tanto, demasiado buena para ti.
Me monto en uno de los coches, le indico la dirección al conductor y me marcho de ese lugar por un tiempo indefinido sin mirar atrás, sin remordimientos ni compasión. No me queda nada que demostrar, ya soy su reina. Ahora miro hacia adelante, hacia mi futuro.
Creo que me va a ir bastante bien.

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Holaa
Antes que nada, muchas gracias por leer.
La canción me inspiró mucho de mi personaje original y protagonista, dado que ella es una mujer empoderada, aunque ya se verá...
Espero que no ansien mucho la acción y que no haya parecido aburrido.
BESOOS

Al borde del abismo(spencer reid) Where stories live. Discover now