3.- Dragones y calidas bienvenidas.

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Cuando esté escribiendo con está tipografía en las conversaciónes: Holi.
Es que hablan alto Valyrio, con amor, ardillitaswif<3.

Rhaenyra estaba en sus aposentos, comiendo frutas con Lady Alicent.

Rhaenyra estaba sentada en el suelo, Alicent estaba a su lado.

—Rhaenyra, insisto en qué te levantes. — Alicent le suplicaba a la princesa.

—De hecho, Lady Alicent, me temo qué le haré caso — Rhaenyra se levantó sonriente —. Llegaré tarde como copera de nuevo.

—Su majestad estará enfadado contigo. — Alicent se levantó, negando con la cabeza.

—Si. Te veo después, Alicent. — Rhaenyra finalmente se levanta y corre hacia la sala.

Llega tarde de nuevo, el rey solo pone los ojos en blanco.

Entonces, uno de los entrenadores de los dragones, llega.

Alguien había robado un huevo de dragón. El rey estaba enfadado preguntando cómo un huevo de dragón puso ser robado. Y el entrenador le contesta que fue Daemon.

Papá discutía, pero Rhaenyra pensó más rápido.

—¿Que huevo fue?— pregunto ella.

El entrenador la miro, apenado.

—¿Que huevo robo Daemon?— repitió el rey.

—El huevo que usted... — el entrenador miró a Rhaenyra — eligió para el principe Baelon.

La princesa se limito a asentir, molesta. Viserys insultaba.

Todavía que se había burlado se habia atrevido a robar el huevo que ella eligió para su hermano.

Al parecer, Daemon se iba a casar con una puta, y está estaba embarazada. Los invitaba a la boda.

Rhaenyra se mordió la lengua.

Rhaenyra paso toda su vida enamorada de un hombre que solo la vería como su sobrina, y está boda lo demostraba.

...

Fueron la mano del rey y algunos guardias quienes habían ido a RocaDragon para hablar con Daemon.

Daemon los miro a todos, con aires de superioridad.

—Tiene que volver a Vale con su esposa y dejar estas tierras, desterrar a su puta y... — Daemon saco su espada.

—Mysaria será mi esposa. —Daemon gruño.

—Esta poniendo a su rey, su sangre a usted y a la heredera en vergüenza. 

Todos se apuntaban con las espadas, pero un chillido agudo resonó, y en lo alto se veía el dragón de Daemon, Caraxes.

Rugia con fuerza, Otto se hizo atrás con miedo.

—Bajen las PUTAS espadas. — ordenó la mano del rey, Daemon ordenó lo mismo.

—Oh, ¿Ser Crispín?— Daemon se dirigió a Criston.

—Criston Cole. — corrigió el caballero blanco.

—No lo recordaba. 

—Tal vez recuerde cuando lo tire de su caballo.— se burló Criston.

Daemon solo sonrió.

Entonces un chillido más se escuchó, y desde las nubes, subió Syrax, con la princesa montada en ella.

Daemon sonrió orgulloso al ver a su sobrina y algo contentos de verla de nuevo, luego de años.

El gran plan.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora