Luego de que las enfermeras vendaran las heridas que habían sufrido durante su batalla en Karakura, los cuatro Arrancar se dirigieron al salón del trono de Las Noches donde, su amadísimo líder Aizen, les tenía un anuncio importante. Y, aunque cierto peli-azul solo deseaba volver a su habitación para dormir plácidamente sobre su cama y poder recuperarse, a su modo, del agotamiento que sentía sobre su cuerpo…
… no tuvo más remedio que ir a la dichosa reunión. Pero manteniéndose siempre al borde de la sala, lo más lejos que podía de sus molestos compañeros de armas.
Sus fieros ojos azules se posaron sobre la hermosa chica de cabello naranja que caminaba junto a Ulquiorra, hasta quedar de pie frente al trono de Aizen. La pobre mantenía la cabeza gacha, quizás por el miedo…
…dándole la imagen de un borrego a punto de ser sacrificado.
Aizen hablaba sobre la habilidad de la chica, aunque él ni se molestó en escuchar lo que decía. ¡No le interesaba! Su mente estaba muy lejos de ahí, recordando los ojos del shinigami de cabello naranja.
Oh, si… tenía la misma mirada perdida que la chica frente a ellos. Como si se hubiesen rendido ante las garras de un depredador, sin siquiera pensar en escapar o defenderse.
Escuchó la voz de Luppi replicando por algo, y lo ignoró, hasta que su nombre surgió en la conversación y lo obligó a alzar la mirada, curioso.
La chica se acercaba lentamente hacia él, aún con la cabeza gacha, y Grimmjow parpadeó un par de veces, confundido. Una vez a su lado, la escuchó susurrar algo y, a los pocos segundos, una barrera naranja se cerró sobre el lado derecho de su cuerpo, más concretamente el lugar donde antes solía estar su brazo.
Sintió un extraño hormigueo, mientras escuchaba los gritos y burlas de Luppi llamando "un fraude" a la chica. Pero…
… poco a poco, su brazo volvió a la normalidad. Grimmjow parpadeó, mirando su brazo con incredulidad, mientras Aizen volvía a hablar.
Apretó su puño, abriendo y cerrando su mano. ¡Funcionaba!
-Oe, mujer…– llamó a la chica, dándole la espalda. –¿Podrías curar algo más?– preguntó, señalando una cicatriz cerca de su espalda baja, justo al costado derecho de su agujero Hollow.
Orihime asintió con la cabeza y volvió a activar sus poderes, cubriendo aquella zona. Nuevamente el hormigueo se adueñó del peli-azul y, a los pocos segundos, un número 6 apareció, reemplazando la cicatriz.
La sonrisa de Grimmjow no tardó en aparecer, a vez que usaba Sonido para aparecer junto a Luppi y atravesarle el estómago con su mano izquierda.
Luppi escupió sangre.
-G-Grimmjow, infeliz……– gruñó con rabia el Arrancar, mirándolo con el ceño fruncido.
-Adiós, ex Sexta.– sonrió el peli-azul, alzando su mano libre para crear un Cero y dispararlo contra el otro, volando la mitad superior de su cuerpo.
Los restos del cuerpo cayeron sobre el suelo, y el silencio reinó sobre la sala.
-¡Vuelvo a ser la Sexta Espada!– gritó dichoso, riendo con frenesí.
Los ojos de los presentes pasaron de un frenético Grimmjow, a una horrorizada jovencita y, finalmente, posándose sobre un satisfecho Aizen.
•🧡•
Ichigo se levantó de golpe de su cama, sintiendo un nudo en su estómago. Había tenido un sueño extraño… en el que Orihime entraba a su habitación y justo cuando iba a besarlo, la figura de la chica se distorsionaba hasta dejar ver a aquel Arrancar de cabello azul a punto de besarlo…
Tocó su cabeza, molesto con su mente por haberle jugado aquella mala pasada.
Pero sintió el riatsu de su amiga peli-naranja en su habitación, lo cual lo extraño y, aunque era débil, aún estaba presente. ¿Ella había ido realmente a verlo…?
-¡Maldición…!– gruñó, levantándose de su cama a gran velocidad, tropezando con sus hermanas dormidas.
•💙•
Luego de que Ulquiorra le dejara en la que, de ahora en adelante, sería su habitación, Orihime se cambió la ropa por la que el azabache le había dejado y se sentó sobre el sofá que había en aquel vacío lugar. Miró a la pequeña ventana con barrotes por la que entraba la luz de aquella luna eterna.
'Solo espero que Kurosaki-kun y los demás estén bien…' pensó con tristeza.
Escuchó a alguien tocando a la puerta y se encogió en su sitio, algo temerosa. Pero su cuerpo pareció relajarse un poco al ver entrar al Arrancar de cabello azul que, momentos antes, había sanado.
-Grimmjow-san.– susurró su nombre casi como un suspiro aliviado.
El peli-azul la miró unos segundos, preguntándose si realmente había sido buena idea ir a aquella habitación. Se maldijo por sentirse nervioso, ¡se supone que había ido a agradecerle!
Entonces, ¿por qué se sentía tan incómodo?
-Oe, mujer, tu… eres amiga de ese bastardo, ¿no es así?– se maldijo mentalmente por haber preguntado aquello. ¡Ese no era su objetivo ahí!
-¿"Ese bastardo"?– la chica ladeó la cabeza, sin entender a quién se refería.
Grimmjow gruñó, rascándose la nuca con desgano.
-Ese shinigami. Tiene el cabello del mismo color que tú y…
-¿Te refieres a Kurosaki-kun?
"Kurosaki"… conque así se llamaba. Sonrió.
-¿Podrías contarme de él?– preguntó con una suavidad que no parecían ser suyas.
Orihime dudó unos segundos, pero acabó aceptando.
¿Qué tenía que perder?
💙🧡💙
Nuevamente me disculpo por la tardanza y, de verdad, espero no pasar por otro inconveniente así.
*suspira*
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Caprichoso Destino
RandomQué caprichoso puede ser el destino al unir dos seres, tan opuestos, con un mismo sentimiento. Sobretodo, cuando está en su naturaleza el odiarse mutuamente. Pero... ... del odio al amor hay solo un paso ¿no?