Bajo el mismo cielo

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Narra Austro

Al comienzo fue difícil acostumbrarme a mi enfermedad, mi visión se iba por cortos lapsos de tiempo lo que me hacía entrar en pánico pero gracias a dios tenía un caballero para ayudarme ,Imperio no ha regresado a su hogar para estar al pendiente de mí, al principio me rehusaba a aceptar su ayuda pero es un terco y me dijo que no se separaría de mí .Incluso me pidió que me mudara con él a Alemania pero no quería alejarme de mi hogar y dejar a la loca de mi madre gobernar como se le diera la gana mi imperio.

Muchas veces he pensado preguntarle a Imperio si quisiera unir nuestras vidas en matrimonio a pesar de los posibles comentarios y abatimientos de los otros países de Europa yo por el haría oídos sordos a tales seres que solo esperan a que cometas un solo error para tacharte de inmoral, ingenuo ,hasta incapaz...

-Hum ,malditos buitres- susurro sin que nadie lo oiga.

Ahora volviendo del mundo de la cabeza de Austro se preguntarán ¿que hace su auto proclamado Romeo? pues el se encontraba en su terapia para aclarar la mente y relajar el cuerpo pensaran que debe estar leyendo algo de literatura ligera ,pues no, ahora mismo se encontraba en el calabozo del palacio "conversando" con los enemigos del estado o mas bien decir torturando.

-¿Enserio pensaron que podían influenciar a las personas para derrocar al Imperio Austrohúngaro? si lo hicieron son muy estúpidos a decir verdad-dijo con burla Imperio-Hay vamos no me miren así he sido muy misericordioso con ustedes deberían estar agradecidos ,no van a tener una muerte rápida-lo dijo de forma seria y sin ceremonias, al ver las caras aterradas de los hombres dejó la cara seria y se empezó a reír a carcajadas.

-Vaya solo miren sus caras, pobrecitos, ahora tienen el derecho de decir sus últimas palabras antes de ser ejecutados-Todos se quedaron en silencio sin emitir ni una palabra- ¿Nada?-otra vez todos se callaron hasta que uno se paró.

-!!Te maldigo Segundo Imperio Alemán a ti y a todos tus seres queridos vas a vivir el mismo infierno en carne propia hasta que ruegues por tu alma en agonía a Dios que es nuestro verdadero juez !!-acabó de decir con tanto odio que el eco resonó en los fríos pasillos del calabozo.

-Mátenlos y cuando acaben limpien el desastre odio la suciedad-dictó la última orden para retirarse del mugriento lugar.

-¿Maldito?-se dijo a sí mismo- ja ,lo dudo....