Una reunión conmovedora

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-Por un pelo. Así que está es la santa que guarda la fuente. Mel, despierta.- Abrí los ojos y mi hermano estaba colgado de la rama de un árbol sujetándonos.

-¿N-no estamos muertos?- Mi hermano negó y yo di un suspiro de alivio- Uff, ya creía que me moría.

-Ya ha pasado. Me he encargado de los bandidos.

~Una gota proporciona diez años más de vida.~ Volví a cantar mientras empezábamos a subir otra vez por el árbol.

~Un trago cien.~ exclamó mi hermano, que iba delante muy entusiasmado.

~Bébetelo todo y vivirás para siempre.~ En cuanto llegamos a arriba, aquella niña nos volvió a tirar. Y esta vez caímos encima de una seta.

Ban y yo nos miramos cómplices y volvimos a subir. Y nos volvió a tirar, así que volvimos a intentarlo. Esta vez subimos corriendo, y pasó lo mismo.
Y así una y otra vez, hasta que no aguantamos más.

-¡Ríndete de una vez!- gritamos mi hermano y yo, exhaustos, otra vez en la cima.

-¡Me habéis quitado las palabras de la boca! ¿Cómo podéis seguir vivos? Ningún ser humano puede sobrevivir a una caída desde esta altura.-Exclamó la niña igual de enfadada que nosotros.

-Bueno, la primera vez nos quedamos enganchados a una rama. Y otra caímos sobre unos árboles.-Mi hermano explicó mientras yo trataba de recuperar el aire debido al cansancio.

-¿Qué dices? ¿Por qué iba a querer el bosque salvar a unos humanos?- Aquella niña no daba crédito a lo que oía.

-¿Y a mí que me importa?- Ban me tendió la mano y me levanté- Sigo sin creerme que una pequeñaja como tú sea la guardiana del tesoro secreto.

-Ahora seremos nosotros los que nos pongamos serios.- Me ajusté mis guantes y me puse en posición de pelea, al igual que Ban con sus nunchakus.

-Robar y matar. Los seres humanos piensan todos en lo mismo.- Su expresión se entristeció y casi sentí pena por esta niña.

Corrí hacia ella para distraer su atención para que Ban pudiera coger la fuente. Salté y me posicioné detrás de ella. En cuánto se dio la vuelta, acerqué demasiado mi cara a la suya y ella, sonrojada, se apartó torpemente. Cómo todavía estaba nerviosa debido a nuestra anterior cercanía, me acerqué, le di un golpecito en la frente y calló sentada al suelo. Gracias a mi distracción, mi hermano cogió la fuente y yo regresé a su lado.

-No huele a alcohol, para nada.- Lo olió y me lo acercó para que imitara su acción. Era verdad, olía a frutos del bosque y a rosas.

-¡Venga, hasta el fondo!- grité mientras me apoyaba en el hombro de Ban.

-¡No!- la niña al ver que teníamos la fuente, se enfureció mucho.

-¡Lo beberemos a nuestra salud!- Pero antes de que pudiéramos saborearlo, nos sujetaron un montón de ramas de árbol y nos quitaron la fuente.

-¿Qué está pasando?- Las ramas me apretaban de tal forma que no podía moverme y a Ban le pasaba lo mismo.

-¡Eh! ¡Suéltanos!- Mi hermano no paraba de forcejear mientras miraba a aquella niña con rabia.

Ella se acercó a nosotros y nos señaló con su dedo índice.

-No puedo hacer que los humanos comprendáis esto, pero si la fuente de la Juventud desaparece, este bosque entero se marchitará y morirá. Así que rendíos y abandonad este lugar.- La niña nos dejó sorprendidos. ¿En serio se marchitaría el bosque? Entonces no merecía la pena beberse esa fuente.

La hermana de Ban (Melody x Nanatsu no Taizai)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora