La emocionante aventura de los 7 pecados capitales. Pero esta vez con nueva compañía: Melody, la hermana de Ban. Si quieres reírte y disfrutar de tus siete héroes, te invito a que la leas. Los personajes no son míos, sólo Melody.
En Liones, un aprendiz de caballero sagrado que había llegado de la ciudad de Cains, se encontraba vislumbrando un espantoso paisaje. Toda la capital destruida debido a la huída de ciertos criminales.
-¡Eh! ¿Tienes un minuto? Échame una mano.- Un caballero veterano de unos cuarenta años le llamó.
-Sí, señor.
Mantuvieron una pequeña conversación hasta que llegaron a la plaza, dónde había una montaña de cuerpos inertes de caballeros sagrados.
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-¿Q-qué ha pasado aquí?- El muchacho estaba asombrado cuánto menos. Los caballeros sagrados, la guardia real del reino... Acabada.
-¿Qué que ha pasado? Que han sido masacrados, en un abrir y cerrar de ojos, por siete personas...
Esta es una historia ancestral, de una era en la que los mundos humanos y los no humanos aún no se habían separado.
Los caballeros sagrados, defensores del reino, poseían tremendos poderes mágicos y eran tan temidos como venerados.
Pero entre todos ellos hubo unos pocos que traicionaron el reino y se enemistaron con el resto de los caballeros sagrados.
Se conocen por el nombre de... Los siete pecados capitales.
10 AÑOS DESPUÉS
{PRISIÓN DE VASTE}
-Hermanoo- Alargué la última "o" mientras alzaba mi mano a través de los barrotes de la celda de al lado.
-Dime- Dió un profundo bostezo y cogió mi mano.
-Me aburrooo, vamos a hacer algo. Llevamos 5 años en esta maldita prisión- me solté del agarre de mi hermano y me tumbé en el suelo de mi celda.
La vida ya casi no tenía sentido. Nuestra única rutina era salir de vez en cuando para que nos ejecutaran, cosa en la que fracasaban siempre.
Lo único que me mantenía con ganas de seguir viviendo era pensar en mis queridos compañeros. No teníamos ninguna información sobre el exterior así que no sabíamos con certeza si seguían vivos. Pero a mí me gustaba pensar que sí.
-¿Y qué quieres que hagamos? Si nos escapamos saldrían en nuestra búsqueda de inmediato, y tampoco tenemos una gran razón para irnos.- dió otro bostezo y se tumbó. Me irrité.
