Tiempo Presente [One Piece]

8

Ace había dejado de intentar asesinar a Barbablanca, cuando le preguntaron él respondió que era para que Marco logrará avanzar en la relación que tenía con su familia o porque simplemente estaba aburrido de intentarlo. Marco sabía la razón real, sin embargo, nunca hablo.

Al dejar de intentar matarlo, Ace tuvo que buscar otras formas de entretenimiento, Deuce fue la víctima de ese entretenimiento, desde "tengo una idea" hasta "¡Fue su culpa!". Terminaron por casi matar a medio barco de un paro cardíaco por las imprudencias que cometían. Además de que Deuce; por más que dijera no se divirtió, definitivamente lo hizo.

Aún que debía admitir que le gustaba ver a Marco volver a convivir con todos los que eran sus familia y como todos lentamente iban acostumbrándose a Marco nuevamente, era extremadamente tranquilizador y al mismo tiempo le daba miedo, había prometido ayudarlo y hacer que todo surgiera a como todos hubieran necesitado, pero ahora Ace estaba generando un nuevo sentimiento, uno que no sentía desde el incendio de Terminal Gray: Miedo.

Miedo a que Marco deseará que él se quedará, que lo diera como un hecho.

Miedo a ser rechazado si alguien se enteraba de su parentesco.

Miedo a perder a Marco.

¿Él se iría detrás de Ace si él decidiera el Moby no fuera su lugar?

Ace tenía miedoa e inseguridades que habían sido ligeramente controladas con el tiempo y la paciencia de las personas que lo rodeaban, en especial por Luffy, Sabo y Marco.

— El miedo es natural—. La voz de Barbablanca lo hizo tensarse; ¿Por qué parecía que ese anciano sabía todo lo que pensaba?—. Pero él te ama.

— Amar no es suficiente—. Ace murmuró intentando de que él viejo capitán dejará de ver a través de él—. Simplemente... Ustedes también son su familia, se siente como cruzar un río y ver todo desde el otro lado—. Ace confesó finalmente, no sabía porque, el anciano debió estar fumando algo y el olor residual estaba haciéndolo débil. Eso sentía sentido.

— También es tu familia, somos familia.

— No me convertiré en tu hijo.

— Te casaste con mi hijo, es algo tarde; ¡Guararara!

— ¿Fue todo-yoi?—. Marco preguntó ligeramente preocupado cuando Ace seguía vomitando, consumir cuarenta mangos en una apuesta no había sido buena idea, al menos lo sería hasta que alguien lo golpeó por accidente y Ace sintió que su estómago se negó a retenerlo todo.

— No dejes que me den palmadas Después de comer—. Ace se quejó cuando tiro de la cadena pasa dejar ir todo lo que había escupido.

— No lo haré-yoi—. Después de que Ace descansará con un paño sobre la frente y ojo, Thatch fue a dejarle una sopa de cebolla para que se relajara mientras el y Marco hablaban de cualquier cosa, Ace tenía otros asuntos en su mente.