𝗜 𝗪𝗔𝗡𝗡𝗔 𝗕𝗘 𝗬𝗢𝗨𝗥𝗦, 𝗦𝗲𝘁𝗵 𝗖𝗹𝗲𝗮𝗿𝘄𝗮𝘁𝗲𝗿

𝟬𝟰. 𝗗𝗲𝘀𝗰𝗮𝗿𝗮𝗱𝗼 𝗱𝗲𝘀𝗮𝗽𝗮𝗿𝗲𝗰𝗶𝗱𝗼

Descarado desaparecido  
ᴹˢ. ᴿᵒᵇᵉʳᵗˢ                                                   ♥︎
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SETH

Realmente creía que mi hermana era una especie de superheroína tan fuerte que ningún malestar la afectaría, pero momentos como este me hacen recordar que sigue siendo una persona con sentimientos, en este caso heridos.

No podía creer que después de todo lo que hizo y se preocupó por Sam, la dejara por Emily.

No quería estar en contra de Emily, ya que seguía siendo mi prima, pero no podía evitar pensar que ella sabía perfectamente la relación de Leah y Sam antes que este se desapareciera y preocupara a todos.

Cuando regresaba a casa con River nos habíamos encontrado a Leah desecha en los brazos de mamá.

Mentiré si digo que no me enojé con Sam y casi salía a buscarlo. No era posible que por semanas mantuviera preocupadas a su prometida y a su propia hermana para luego regresar y solo empeorar las cosas.

Ahora, como mamá había salido a la tienda para hacer las galletas favoritas de Leah, River y yo nos quedamos con ella para cuidarla. Los dos sentados en el sofá y Leah tapada hasta la cabeza con la chaqueta de papá. La pelirroja había sugerido ver la película favorita de Leah mientras tanto.

—River —la llamó, cortando el silencio.

—¿Sí?

—¿Alguna vez te has enamorado?

La miré intrigado, pero ella solo abrió demás los ojos y se volteó de espaldas a mí.

—Creo.

—Pues olvídalo, niña. No va a salir nada bueno de eso —murmuró para luego parecer quedarse dormida.

Por mi parte me paré para poner otra cobija sobre ella y me volví a sentar a un lado de la pelirroja. Con confianza, recargué mi cabeza en su hombro.

—Gracias, Riri. Por quedarte.

Sentí como ella también apoyaba su cabeza sobre la mía, nos tapamos con la otra cobija que quedaba y lentamente cerré los ojos hasta quedarme dormido.

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Nova había estado algo decaída, por lo que el señor Roberts la llevó a comprar chocolate caliente en lo que regresaba su mamá.

Cuando visitó a Lucy esa tarde, ella estaba envuelta en un mar de lágrimas. Sam había regresado y por lo que le cuenta no hubo ningún te extrañé, o <<perdóname por desaparecer por semanas sin decir a dónde iba>>. Sólo la había ido para decirle que se iba a mudar con Emily.

Le había destrozado tener que dejar a su amiga en ese estado cuando se acabó el horario de visitas.

Y luego estaba Theo, últimamente la había dejado plantada en sus asesorías y no lo veía en la escuela. Le había ganado cierto cariño, ya que este siempre la hacía reír con sus intentos de coqueteo, que siempre fallaban horriblemente.

—Ay, discúlpeme, discúlpeme —exclamó asustada cuando por ir distraída, chocó con una mujer y la hizo tirar lo que traía.

Al igual que la señora, se agachó para recoger lo que traía en la bolsa.

—Tranquila, no es nada.

Sin embargo, cuando ella la vio, alzó las cejas y sonrió sorprendida.

—Tú eres Nova Roberts, ¿no?

La pelinegra la miró confundida y terminó de recoger lo que traía.

—Sí, ¿nos conocemos?

—¡Claro que eras tú! Mira que hermosa eres. Soy Sue, la mamá de Seth, al que le das clases.

Nova se ruborizó levemente al cumplido y sonrió encantada.

—Oh, pues su hijo es un encanto.

—Awww, gracias. Pero el encanto eres tú, desde años no puedo hacer que hable de otra cosa que no sea de ti.

Apretó los labios en una sonrisa apenada y la miró intrigada.

—¿En serio? Cuando estamos juntos es muy callado.

—Ese niño —suspiró negando—. Pues en realidad es muy parlanchín, y más cuando se trata de ti. Dice que le encanta oír tu risa, que haces dibujos muy bonitos, que tus ojos lo vuelven loco, que no sabía cómo era su vida antes de conocerte, que eras la niña más hermosa de Forks, que...

—Bueno, creo que le agrado mucho —mencionó la niña entre risitas nerviosas.

Si antes se le habían enrojecido levemente sus mejillas, ahora se sentía todo su rostro en llamas.

Para su salvación, justo el señor Roberts la llamaba desde la caja para irse.

—Me tengo que ir. Fue un placer conocerla. Dígale a su hijo que también me parece muy lindo —dijo yendo hacia la salida.

Y antes de que pudiera responderle, se fue corriendo del lugar.

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Justo cuando regresaron a casa, Nova notó la camioneta de Billy Black y la de su mamá estacionada frente la casa.

Pero fue mayor su sorpresa cuando al entrar no solo encontrar al consejo y a su mamá reunidos en la sala, sino que también se hallaba el descarado desaparecido como si nada en el sillón.

Sin poder contenerse y a sorpresa de todos, fue directo hasta Sam donde le planteó una cachetada que volteó su cabeza.

—¡Nova Annalise!

—Déjala, Areum. Me lo merezco —murmuró resignado Sam.

La chica lo miró dolida y sintió arder su interior al ver lo tranquilo que se encontraba a pesar del estado de su Lucy.

Sam, al ver que se contenía de no decirle todo lo que le odiaba, decidió tomar su chamarra y dirigirse a la puerta.

—Nova, sonaré como un cínico, pero por favor cuida de ella.

"Como ni tú o tus padres lo hicieron", pensó. 

Y sin más, se fue aún con la mirada asesina de la niña.