𝟭𝟯. 𝗣𝗿𝗼𝗯𝗹𝗲𝗺𝗮𝘀 𝗲𝗻 𝗘𝗹 𝗠𝗮𝗴𝗼 𝗱𝗲 𝗢𝘇

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Problemas en El Mago de Oz
ᴹˢ. ᴿᵒᵇᵉʳᵗˢ ♥︎
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RIVER

Toda mi vida han habido cosas de mí que daría lo que fuera por cambiarlas.

A los seis años, le pedí a Santa Claus ser más alta que el odioso de mi primo. El intenso niño, dos meses menor que yo, siempre me molestaba con que me iba a quedar en esa altura para siempre.

Al año siguiente, el comentario de una tía me hizo apenarme por la forma de mis dientes. Algo que fue un problema ya que me llevé varias llamadas de atención en la escuela por no sonreír en las fotos.

Y así han seguido uno tras otro detalle, que si tenía las manos tan gordas que no me quedaban las pulseras, que si mi cuerpo no se veía bien con el uniforme fajado, que si mi voz era muy chillona cuando leía en clase. Sin embargo, nada me pudo afectar tanto como mi cabello.

Naranja, pero no como una combinación discreta con castaño, literalmente naranja zanahoria. Ah, y también era una especie de lizo impostor, ya que siempre se esponjaba como si me hubiera electrocutado.

A mí y a mi papá siempre nos daba igual, y al parecer también a mi estilista. Nunca lo hubiera visto mal, si no fuera por ese maldito Canal 9.

Antes de mudarnos con mi abuelo, en mi antigua cuidad se volvió muy famoso un show del Canal 9, era una comedia inspirada en el Mago de Oz, donde la Bruja Cruel del Oeste siempre era humillada por los demás personajes.

¿Y qué tenía que ver con mis inseguridades? Pues que la actriz era igualita a mí. Parecía una yo con cincuenta años más. Los mismos ojos, nariz, cuerpo, dientes... el mismo cabello.

Eso fue en las vacaciones de invierno y cuando regresé, era la burla de todo el mundo. Era la Bruja Cruel del Oeste.

Al igual que en el show, me lanzaban comida de sus locheritas, me decían que era muy tonta como "creerme" superior a ellos, como si ellos fueron los grandiosos héroes y yo solo era la bruja de cabello feo.

Por fortuna, nadie había visto ese canal en la reserva. Cuando me mudé nadie volvió hacerme burla por nada en mi cuerpo, pero el daño ya estaba hecho. No le sonreí a nadie, se volvieron parte de mí las sudaderas de mi papá que tapaban mi cuerpo, me corté el cabello a los hombros y siempre llevaba una gorra de beisbol para disimular.

Odiaba tanto mi cabello porque era el de la bruja, muy llamativo, y era lo único que me dejó mi progenitora antes de irse como si nada.

Hasta que un día, que pareció final de cuento de hadas, mi gorra salió volando por el viento. Me asusté tanto ya que estaba en medio del patio de la escuela cuando pasó y todo el mundo estaba ahí. En su momento, pensaba que la gorra haría desaparecer totalmente mi cabello, lo siento, pero tenía ocho años.

Casi me eché a llorar cuando dos niños se me quedaron viendo, como si en cualquier momento se reirían de mí y saldrían a decirle a todo el mundo.

Pero no fue así.

Mira, Seth, su cabello es como el de la reina del libro.

Se acercaron a mí y Seth me entregó mi gorra que ocultaba en la espalda.

Y me sonrió. Me morí en ese momento. Maldito Seth con la sonrisa más sincera que he visto. Maldito Theo que estaba igual de lindo.

No sé cómo le hice, pero nos hicimos los mejores amigos desde ese momento.

Theo como amigo era más bromista, seguía siendo atractivo, pero a la vez tenía una relación amor-odio por siempre sacarme canas verdes. Gracias a eso ya no me gustó románticamente. Pero Seth, no puede ser que exista un ser más lindo como él. De verdad que a veces quería besarlo, llorar, casarme con él o mantenerlo toda la vida. Estúpido Seth, mucho tiempo pensé en que si no podría tener algún defecto que lo baje de mi pedestal.

El universo debió escucharme, ya que fue cuando llegó a la reserva Nova Perfección Roberts. La Bruja Buena. La que tenía ambos padres, una bonita casa, dinero, cabello negro y lizo no impostor. La que era tan bonita y amigable que consiguió amigos de inmediato e hizo que los míos se embobaran por ella.

Una vez intentó hacerse amiga mía, y para mi mala suerte, lo acepté. No me esperaba que, cuando me viera juntar con ese par de tarados, me preguntara por Seth.

Seth era tan lindo que también había embobado a Nova, pero muy tonto que no se dio cuenta de ello.

Los dos hubieran sido la parejita que la reserva hubiera amado. Ambos eran atractivos, amables, perfectos. Y lo hubieran sido si no fuera por mi gran bocota y mi poca estabilidad emocional.

Yo quería a Seth, yo lo había visto primero, yo era su mejor amiga, a mí me sonrió en segundo año. Nova no podía llegar de repente y hacer lo que se le pegara la gana con lo que había construido.

No tenía más amigos aparte de ellos dos, no era bonita como para conseguir a alguien más y no tenía las habilidades sociales como para hacerlo. Pero Nova sí tenía todo eso, fácil podía conseguir a cualquier otro. No era justo.

Por lo que en ese misma semana, salí temprano de clases para ver la fila de padres esperando a sus hijos. No sabía realmente a quién buscaba, pero en cuanto vi a la primera pareja de la fila, con sus elegante aspecto y zapatos lujosos, sabía que se trataban de ellos.

Me acerque a ellos diciendo que era amiga de Nova y que ella les quería preguntar sobre si podía tener novio, ya que le gustaba un niño, pero estaba nerviosa por su reacción. Y para asegurarme, les dije que ese niño era muy malo con los demás, pero Nova no quería aceptarlo.

No supe que le habrán dicho después de esa conversación, pero ella ya no había preguntado por Seth, de hecho, hasta pareció ignorarlo.

Y por las dudas, yo también hablé con ella. Le dije que Seth tenía sentimientos en alguien más, pero como todo mundo estaba interesado en ella, simplemente le había dado curiosidad por conocerla.

A un niño de ocho años le puedes decir la cosa más absurda que se le ocurra jurando que es verdad, o también tener el audacia de decirla. Por lo que, con toda la confianza, le dije que él y yo teníamos que casarnos cuando cumpliéramos la mayoría de edad. Hasta le inventé un lío entre mi familia y la suya donde nuestro matrimonio salvaría a mi madre de su enfermedad y a un tío de la cárcel, o algo así le dije.

Claro que Seth nunca supo de ello y nunca se lo pienso decir.

Pero no era del todo mentira. Yo no tenía mamá y mi tío era policía, pero sé que él y yo nos casaremos. Es parte de mi estructurado plan, del que no he podido avanzar nada ya que no se ha desenamorado de Nova.

Pero eso cambiará. Primero tengo supervisar que Theo siga limpio y Seth se recupere, pero en cuanto tenga sanos y salvos a mis amigos, pasaré a la táctica de defensa.

<<ARUINAR A NOVA PERFECCIÓN ROBERTS>>.



<<ARUINAR A NOVA PERFECCIÓN ROBERTS>>

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𝗜 𝗪𝗔𝗡𝗡𝗔 𝗕𝗘 𝗬𝗢𝗨𝗥𝗦, 𝗦𝗲𝘁𝗵 𝗖𝗹𝗲𝗮𝗿𝘄𝗮𝘁𝗲𝗿Donde viven las historias. Descúbrelo ahora