𝗜 𝗪𝗔𝗡𝗡𝗔 𝗕𝗘 𝗬𝗢𝗨𝗥𝗦, 𝗦𝗲𝘁𝗵 𝗖𝗹𝗲𝗮𝗿𝘄𝗮𝘁𝗲𝗿

𝟬𝟳. 𝗦𝗲𝗿 𝘀𝘂𝘆𝗼

Ser suyo
ᴹˢ. ᴿᵒᵇᵉʳᵗˢ ♥︎
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—¡¿Eres imbécil o qué?! —gritó River apenas entraron a la habitación del hospital.

—River...

—Señorita, no puede gritar aquí dentro —la regañó un enfermero.

Por lo que se pasó las manos por cara frustrada y se sentó en el reclinable de a un lado.

Seth, que compartía el mismo sentimiento, pero mezclado con una fea preocupación, se acercó a la camilla donde su amigo evitó verlo a los ojos.

—¿En serio, Theo? —susurró.

El chico lo ignoró y Seth, enojado, se puso delante suyo.

—Juraste que no volverías a esto.

Theo lo miró indiferente e hizo una mueca como si estuviera avergonzado.

—No juré nada —murmuró.

—Lo juraste por mi vida, desgraciado —reclamó la chica aún desde su asiento.

El enfermero le pareció momento para irse y con ello le apagó la televisión, haciendo que el chico por fin viera a sus amigos.

—Tal vez no era una buena promesa.

A lo que la pelirroja se levantó enojada y se pusó junto a Seth.

—Somos tus amigos, idiota. No puedes hacer lo que te plazca y creer que no nos preocuparemos. Y menos, estúpido, hacer como si no debieras explicar nada.

Lo había intentado resistir, pero con cada palabra sentía como el nudo de su garganta se oía más y con ello, las lágrimas amenazaban en sus ojos.

Seth pasó un brazo por su hombros, reconfortándola y miró serio al castaño.

—Mira cómo nos tienes, llorando y preocupados toda la noche, esperando a que nos dejaran verte. Y tu tío, ahí como si nada y sin remordimiento por casi matarte, otra vez —espetó duramente—. Solo dinos, ¿él... o nosotros?

Theo pareció por fin romperse ante lo último, ya que los miró arrepentido con los ojos rojos y un nudo en la garganta.

Ante esto, River no pudo evitarlo y lo abrazó cuidadosamente sobre los cables de las máquinas, haciendo que el castaño también sollozara en su hombro.

Seth, al ver llorar a sus dos mejores amigos, se compadeció un poco y se unió al abrazo con cuidado de no aplastarlos.

—No vuelvas a hacer esto, ¿sí? Eres muy valioso como para perderte.

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Cuando Nova volvió, no esperó encontrarse a Lucy totalmente recuperada como por obra de magia, del brazo de su hermano y afuera de su casa.

Sólo le dijo que se había disculpado por todo y le estaba dando una oportunidad. Y en cuanto a su repentino mejoramiento, que fue gracias a un especialista que había ido a verla e hizo "magia".

No le parecía del todo convincente su historia, pero al oír que sus padres les parecía lo más lógico, la terminó de convencer.

Sin embargo, al día siguiente, cuando se encontró con Lila y Carina en la escuela, le contaron como al parecer Seth y Leah se habían unido al culto de Sam.

Esto sí que la molestó mucho. Primero Lucy hacía de la nada las paces con Sam, luego Leah, que según los rumores la había engañado, y ahora Seth, que sabía lo que les había hecho a las dos.

Y cuando le preguntó a Lucy porque todo el mundo empezaba a adorar a Sam, por primera vez en toda su amistad, ignoró lo que dijo y se fue algo preocupada.

Eso no le gustaba nada. Ahora resultaba que Sam también la haría tener problemas con su mejor amiga cuando él fue un desgraciado con todo el mundo.

Además, aunque no se diera cuenta, estaba realmente celosa que ahora el tema de todo el mundo fuera Sam y su culto, y no ella. Cuando ella era siempre la que estaba en boca de todos y, desde que llegó, era con quién todos querían estar.

¿Que si era correcto pensarlo así? No en realidad, pero ella lo sentía así. Sentía que no era lo suficiente cuando no se lo recordaban a cada rato.

Por lo que, muy decidida, decidió ir por su cuenta a que el chico le explicara que tenía Sam que lo hiciera tan especial como para irse con él y haberse alejado de ella.

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SETH

Cuando por fin llegué a casa, me encontré con la manada regada por el patio. Estaban hablando con Lucy sobre las nuevas responsabilidades que tendría al ser parte de nosotros.

Paul estaba intentado prender la fogata y Embry, aburridísimo ya que no lo dejaban hacer nada, le había pedido a Sam prender su camioneta para poner música.

Y cuando accedió, Leah lo empujó y se subió para elegir la canción. Le subió el volumen y Embry rodó los ojos al oír, por milésima vez, a Arctic Monkeys.

—Seth, no seas flojo y pásame las pinzas —me llamó Paul.

Sin embargo, justo cuando me levanté alcancé a ver que tocaban la puerta.

Y cuando pude ver quién era, sentí como mis rodillas fallaron y caí al suelo.

—¿Seth?

—Just wanna be yours.

Sentía como mi corazón palpitaba con rudeza y mi vista se nubló a una bebé que crecía hermosamente hasta ser una adulta.

—Ay no.

Y justo cuando ladeó la cabeza al verme caer, quedé enteramente convencido que haría cualquier cosa por ella.

Cualquier cosa que ella quisiera, lo haría sin pensar.

Lo que ella quisiera que fuese, lo sería.

Quizás, solo quería ser suyo. 

—Wanna be yours, wanna be yours.