𝟬𝟴. 𝗢𝗵, 𝗦𝗲𝘁𝗵

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Oh, Seth
ᴹˢ. ᴿᵒᵇᵉʳᵗˢ ♥︎
⇄ ◁◁ 𝚰𝚰 ▷▷ ↻
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NOVA

Nunca me había sentido así de ofendida en mi vida.

Primero, me dejaba plantada, luego me cambia por el imbécil de Sam y ahora ¡no quiso abrir la puerta!

Literalmente nos habíamos visto a los ojos cuando toqué la puerta. Pero luego alguien lo movió y se escucharon ruidos adentro, como si debatieran abrir o no la puerta.

De verdad creí que había encontrado a alguien tan lindo como mi Lucy, pero al parecer me equivoqué.

Está bien, si él estaba buscando evitarme ¡perfecto! Yo haría lo mismo.

Había vuelto a la escuela decaída ya que Lucy me avisó que regresaría hasta la semana siguiente. Pero en cuanto me encontré a Carina y a Newton, me atacaron con sus miles de preguntas sobre lo que había conseguido de Seth.

¡¿Te dejó plantada?! ¡¿Quién se cree que es?!

¡Espera a que lo vea! ¡Se enterará quien soy! gritó Carina.

Al pobre todavía le faltaban asesorías con ella.

Sin embargo, tuvieron que callarse cuando vieron en la puerta a la señorita Bae. Y para mi desgracia, el Clearwater estaría detrás de ella.

No puede ser murmuró Carina con una sonrisita de sorpresa.

Por mi parte, no pude evitar abrir la boca demás al verlos pasar.

¿Ese es Seth? les susurré, mirándolo nada disimulada.

Dejó los libros de la maestra en su escritorio y se volteó dejándose ver de frente.

Lila, por su parte se destapó la boca dejando ver también una sonrisa de lado y una ceja arqueada.

No. Es SuperSeth.

No sé qué diablos había hecho Sam con él, pero estaba totalmente segura de que había crecido por lo menos unos diez centímetros más. Se había cortado su larga cabellera, haciendo que se apreciaran sus rasgos, ahora más definidos.

Y no es que antes me fijara en eso, pero ahora estaba... musculoso.

Pasó por mi lado y no pude evitar verlo igual con una sonrisa.

Lo que no planeaba es que de la nada parara y se volteara sonriendo como si pensara en algo

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Lo que no planeaba es que de la nada parara y se volteara sonriendo como si pensara en algo.

"¿Me estaba viendo a mí?" pensé cuando retomó su caminata, pero ahora hacia mí.

Entré en pánico cuando efectivamente se detuvo frente mío y, totalmente confiado, se sentó a mi lado dónde iba Lucy.

Rápidamente me volteé hacia atrás y vi como tanto Lila cómo Carina sonreían sorprendidas. Solo que la pelinegra alzó las cejas en un gesto sugerente.

Me volví a mi asiento y mi corazón se aceleró al notar que ahora me miraba sin vergüenza y con una sonrisa encantadora que nunca había visto en él.

"Se supone que lo ibas a evitar".

Por más apuesto que se haya hecho de la noche a la mañana, iba a seguir mi plan de ley de hielo y ningún tipo de contacto visual. Sin embargo, no contaba que al ver por una milésima de segundo hacia él, viera algo que me desconcertó.

Te tatuaste se me salió en un apenas perceptible susurro.

El chico solo pareció ensanchar su gesto y lo miró como si nada.

¿Te gusta?

¡Ah! ¡Ahora sí me hablaba!

¿Y que si me gustaba? ¡Obvio que no! ¡Aborrecía todo lo relacionado a ellos!

¡¿Cómo la señora Sue lo había dejado hacer tal cosa?! ¡¿Y si Sam y su culto lo obligó?!

Tenía que preguntarlo, o me moriría de curiosidad.

¿Me cambiaste por Sam y su culto? susurré.

A lo que él me vio sorprendido para luego descomponerse en una risa ahogada.

Seth, no estoy jugando.

Eso pareció tranquilizarlo. Por lo que, limpiándose sus ojos llorosos por la risa, se enderezó y, para mi sorpresa, ladeó la cabeza y me miró dulcemente.

Nunca podría cambiarte por nadie, bonita estrella.

"¿Eh?".

Escuché como Carina se ahogaba con su café y la rubia se aguantaba la risa mientras le palmeaba la espalda.

Literalmente me quedé sin palabras.

En qué momento se había convertido del tímido chico que apenas podía decirme una o dos palabras, a este apuesto Batman de la reserva que me decía bonita estrella.

Sentí mi rostro encenderse cuando sacó, de quién sabe dónde, un pequeño ramo de flores tejidas en tonos azules, y me las ofreció como si estuviera un poco apenado.

¿Para mí? pregunté confundida.

Asintió y las tomé frunciendo el ceño, totalmente confundida.

No quise dejarte plantada, pero realmente no era un buen momento dijo con un tono calmado. Mamá me dijo que me buscaste en el entierro, eso fue lindo. Y pensé en darte unas rosas normales, pero con el tiempo se marchitarían. Así que le pedí a mi mamá que me enseñara a hacerlas.

¿Tú las hiciste? exclamé sorprendida.

Fue el cuarto intento, las primeras eran en lo que aprendía. También le pedí un perfume para que olieran.

Instintivamente las acerqué a mi rostro y efectivamente reconocí un relajante olor a lavanda.

Intenté cubrir mi rostro sonrojado y sonriente con ellas, pero solo hizo que agrandara su sonrisa y me viera radiante.

Son muy lindas susurré.

Para mi suerte, la señorita Bae pareció por fin acabar con la hacía y llamó la atención para iniciar la clase. Solo así el chico desvió su vista hacia al frente y yo me recargué totalmente sonrojada en el espaldar de la silla.

Seguramente mi madre le daría un infarto al ver el ramo.



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𝗜 𝗪𝗔𝗡𝗡𝗔 𝗕𝗘 𝗬𝗢𝗨𝗥𝗦, 𝗦𝗲𝘁𝗵 𝗖𝗹𝗲𝗮𝗿𝘄𝗮𝘁𝗲𝗿Donde viven las historias. Descúbrelo ahora