Capítulo Once

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Taehyung


—¿Puedo decirte algo? —le preguntoa mi hermana mayor un cómodamente cálido lunes por la tarde. Sus hijos están en la escuela, y me tomé la tarde libre para empacar para mi vuelo mañana. Me rogó que viniera a tomar margaritas de pera junto a la piscina, que generalmente es el código de Hani-Necesita-Desahogarse-Por-Su-Marido.


—Brie, no preguntes si puedes decirle algo a alguien... solo díselo. —

Sorbe su bebida a medio terminar—. Pero sigue.


—Quiero cancelar el compromiso. —Me aclaro la garganta—. Voy a cancelar el compromiso.

Baja las piernas de la tumbona estilo Newport y se da vuelta para mirarme.

—No.

—¿Qué?

—No lo hagas. No puedes. Papá estará devastado. Yo estaré devastada. El imbécil de mi marido que no puede meter una carga de toallas sin romper la lavadora estará devastado. —Baja sus gafas de sol de gran tamaño—. Namjoon es per-fec-to. No creo que te des cuenta de la suerte que tienes. Tienes eso con lo que la mayoría de las mujeres solo sueñan. Pospón la maldita cosa, pero no la canceles. Será el mayor error de tu vida.

Hai se levanta, endereza su pareo negro y se dirige hacia el minibar para agarrar la jarra de margaritas. Regresa y nos vuelve a llenar la copa.

—Tae, desde que tengo memoria, has sido... ¿Cómo lo digo bien? — Exhala—. Un gato asustado con aversión al riesgo. Dejas que todo y cualquier cosa te asuste. ¿Montañas rusas? De ninguna manera. ¿Campamento al aire libre? Te aterrorizaba. ¿Novios? Dios mío, si empezaban a quererte demasiado huías al país de al lado. —Hani se sienta y toma un sorbo.

—Está bien, pero era una niña entonces. Ya no tengo miedo de todo...

—Lees los mismos libros una y otra vez. Ves las mismas películas cien veces. Cuando viajas por trabajo, reservas el mismo hotel y tipo de auto de alquiler y comes en los mismos restaurantes. Gravitas hacia lo que es seguro y familiar. Pero, desde que conociste a Nam, saliste de tu pequeña caja protegida. Estás intentando cosas nuevas, abandonando tus viejas rutinas. Sonríes más de lo que lo has hecho desde... —Su voz vaciló—. Desde que perdimos a Dae.

—No digo que Nam no sea genial.

—Entonces, ¿estás diciendo que no es... lo suficientemente genial?

El perro de al lado ladra, y las exuberantes palmeras que llenan el oasis de su patio se balancean con una suave brisa.

—Estoy diciendo que es genial. —Me encojo de hombros—. Es genial y no quiero casarme con él y eso es todo lo que digo.

Carly está callada un momento, lo que no es tarea fácil para una mujer que no puede callarse la mitad del tiempo.

—¿Lo amas? —pregunta finalmente.

—Esa es la cosa. No creo que lo haga. Pero me gusta mucho. —Agarro mi vaso con forma de cactus—. Parte de mí está como... ¿Cuál es el truco?

—¿Qué quieresdecir?

—Es casi demasiado bueno para ser verdad —digo—. Me resulta difícil creer que alguien sea tan perfecto y quiera casarse la víspera de Año Nuevo.

—¿Qué? Nunca dijeron que habían fijado una fecha.

—No lo hemos hecho. Pero hemos hablado de eso, y él mencionó una boda de Nochevieja.

—Eso es en unos cuatro meses. —Coloca sus gafas de sol en la parte superior de su cabeza, empujando su cabello rubio hacia atrás—. ¿Cuál es la prisa? Quiero decir, sí, fue un compromiso rápido, y seré honesta, durante un tiempo todos nos preguntamos si te había dejado embarazada, pero claramente estás bebiendo tequila, por lo que nuestra madre y hermanas estarán interesadas en escuchar que ese no es el caso.

BestMan (Kookv)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora