47 Otra alma

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47 Otra alma

El silencio ensordecedor de la oscuridad envolvió a Kai una vez más. Aquí estaba él, en el misterioso espacio que había llegado a conocer como el Cubo del Alma. Era un lugar donde las luces flotantes guardaban recuerdos de los difuntos, un lugar donde el tiempo parecía irrelevante.

Kai había estado aquí un par de veces antes, y cada encuentro le dejaba una gran cantidad de conocimientos que no había pedido. Había interactuado con las almas de los fallecidos, absorbiendo sus recuerdos y obteniendo una comprensión de un mundo del que nunca había pedido ser parte.

Esta vez, sin embargo, las cosas se sintieron diferentes. Un cambio sutil en el aire provocó escalofríos por su columna. Su corazón latía contra sus costillas como un tambor salvaje, y podía sentir el zumbido de la energía oscura resonando en el espacio. Una pequeña esfera flotando a lo lejos llamó su atención. A diferencia de las otras luces que irradiaban en tonos de gris, azul hielo y blanco, esta estaba envuelta en un aura de un verde oscuro enfermizo, reflejando el sentimiento opresivo que pesaba pesadamente en el alma de Kai.

El peligro que presentaba era palpable, pero había una extraña curiosidad que atraía a Kai. Sus instintos le gritaban que lo evitara, que encontrara otra luz que tocar. Pero su lado más perezoso lo instó a tomar el camino más fácil.

"Tal vez tocarlo me sacará de aquí más rápido", pensó, mientras se acercaba cautelosamente a la luz. No se podía negar la inquietud que sentía. Su corazón latía en su pecho como un mazo, tenía las palmas húmedas y podía sentir una fría gota de sudor corriendo por su columna.

"No sé quién eres ni qué representas", murmuró Kai, extendiendo la mano hacia el orbe. "Pero realmente te agradecería que me dejaras ir a casa".

Tan pronto como tocó la luz parpadeante, una sacudida de energía lo recorrió. Era intenso, oscuro y contenía una corriente subyacente de malevolencia que era profundamente diferente de sus experiencias anteriores.

De repente, Kai ya no estaba en el Soul Cube. Los recuerdos de una vida que no era la suya inundaron su mente.

El pulso de energía que brotó del enfermizo orbe verde pareció romper el silencio etéreo del Soul Cube. Instantáneamente, Kai fue golpeado por una ola de recuerdos que no eran los suyos. Se precipitaron en su mente, un caos arremolinado de imágenes vibrantes y emociones poderosas que casi lo arrastran. En medio del tumulto, un nombre resonó claramente: Dondochakka Birstanne.

En un abrir y cerrar de ojos, estaba de pie en un vasto desierto bajo un cielo negro dividido por una luna blanca gigante. A su alrededor, podía ver imponentes agujas de piedra que se extendían hacia el cielo, un mundo muy diferente al suyo. Kai podía sentir que el aire estaba cargado de tensión y hostilidad.

Una vida comenzó a desplegarse ante él, desde el nacimiento. Kai vio a través de los ojos de Dondochakka, el mundo lleno de sus sentimientos, sus miedos, sus aspiraciones. Era un Hollow, nacido en las interminables dunas de Hueco Mundo, donde la lucha por la supervivencia comenzaba en el momento en que existías.

"Dondochakka", resonó una voz, llamando la atención de Kai. Vio el reflejo de una figura imponente en los ojos de Dondochakka, vestida con una túnica blanca. Era Sōsuke Aizen, un hombre de comportamiento tranquilo y ojos fríos.

Aizen le había ofrecido una mano de salvación, una oportunidad de transformarse de un hueco en algo más fuerte, algo más significativo. El proceso fue un torbellino de agonía y éxtasis, y Dondochakka renació como un Arrancar. Aunque la transformación trajo un poder inmenso, llegó acompañada de un trasfondo de arrepentimiento profundamente arraigado.

Poco después conoció a Neliel, los Tres Espada. Su relación comenzó con aprensión pero finalmente evolucionó hacia una relación de respeto y comprensión mutuos. Neliel no era sólo un comandante sino también un amigo. Dondochakka se convirtió en uno de sus asistentes más confiables, siempre a su lado, tanto en las batallas como en los momentos de respiro. Su corazón estaba lleno de lealtad y amistad hacia ella.

Un recuerdo atravesó el resto como una espada. El desgarrador momento en que Neliel perdió sus recuerdos, causado por un brutal golpe durante una batalla. El alma de Dondochakka se llenó de desesperación y de una insoportable sensación de pérdida.

"Neliel", la voz de Dondochakka resonó en la mente de Kai, mezclada con desesperación. "No puedes olvidarme. No puedes olvidarnos a nosotros".

La mirada de Neliel, antes cálida y comprensiva, se había vuelto distante. Ella lo miró como si fuera un extraño. El dolor de esta traición, por involuntaria que fuera, era insoportable.

Con la pérdida de memoria de Neliel, Dondochakka se vio empujado a una posición que nunca había deseado: proteger, cuidar y tomar decisiones difíciles. Podía sentir la gravedad de sus responsabilidades agobiándolo. Era asfixiante, pero Dondochakka siguió adelante, por lealtad a Neliel, por la creencia de que algún día ella podría recordarlo.

A lo largo de su estancia en Hueco Mundo, Dondochakka encontró un sentido de propósito a pesar de la constante desesperación y el peligro. Vivió batallas, traiciones y pérdidas, pero también encontró momentos de amistad, camaradería e incluso amor.

Era un rico tapiz de experiencias, vívidas en su intensidad, llenas de todas las emociones posibles. Fue un torrente abrumador para Kai, pero se sintió atraído por la resistencia y la bondad de Dondochakka.

Los recuerdos continuaron llegando, cada oleada más fuerte que la anterior, atrayendo a Kai más profundamente a la vida de Dondochakka. La llegada de Ichigo Kurosaki y su equipo a Hueco Mundo trajo un nuevo rayo de esperanza, una chispa de resistencia que había estado ausente durante mucho tiempo.

El mundo cambió de nuevo, y Kai se encontró mirando a través de los ojos de Dondochakka mientras Neliel, una vez privada de sus recuerdos, formaba un vínculo con Ichigo. Dondochakka podía ver una chispa de familiaridad en los ojos de Neliel cada vez que miraba a Ichigo, y era a la vez reconfortante y doloroso.

"Neliel", murmuró Dondochakka para sí mismo, observando su interacción desde lejos. "¿Recuerdas algo cuando lo miras?"

Cuando Neliel resultó herido en una batalla para proteger a Ichigo, una sensación de temor se apoderó de Dondochakka. Él la había observado impotente mientras ella caía, con el corazón latiéndole con fuerza en el pecho.

"Ichigo... Protégela", susurró, su voz apenas audible sobre el estrépito de la batalla.

A pesar de su amnesia, Neliel se vio obligada a regresar al campo de batalla, una visión que Dondochakka encontró a la vez inspiradora y desgarradora. Ver a Neliel pelear con el mismo fervor y determinación que alguna vez le trajo recuerdos de sus tiempos juntos, que fueron a la vez hermosos y dolorosos.

Se avecinaba una guerra y el aire estaba cargado de anticipación. La Guerra de Sangre de los Mil Años, una batalla que prometía sacudir los cimientos de su mundo, estaba a punto de comenzar.

Estudiante de secundaria relajado en Bleach (con Soul Cube)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora