48 Huecoficación

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48 Huecoficación

Los recuerdos de la guerra eran caóticos, llenos de la desesperación de una fatalidad inminente. Fue una época de profundo temor, pero también una época de unidad sin precedentes. Dondochakka podía ver los rostros de los camaradas listos para luchar, su determinación iluminando la oscuridad de la guerra inminente.

Finalmente, la ola de recuerdos retrocedió, dejando a Kai una vez más en el silencio ensordecedor de su habitación. Se quedó jadeando, con el corazón latiéndole con fuerza en el pecho.

Mientras Kai permanecía en el entorno familiar de su habitación una vez más, no podía deshacerse de los sentimientos residuales que se aferraban a él, restos de la vida de Dondochakka. Los recuerdos se sentían tan crudos, tan reales, que tuvo que recordarse a sí mismo que no eran suyos.

Pero antes de que pudiera pensar más en ello, una extraña energía comenzó a desplegarse dentro de él, envolviéndolo como un sudario. No era la calidez familiar que había acompañado a los orbes anteriores. En cambio, fue una tempestad de poder que arañó sus entrañas, exigiendo liberación.

"Ah, maldita sea, otra vez no," murmuró Kai, haciendo una mueca mientras se apretaba el pecho. No sabía lo que se avecinaba, pero sabía que tenía que alejarse, llegar a un lugar seguro donde no dañaría a nadie si esta energía estallaba incontrolablemente.

En un movimiento rápido, abandonó su forma física y adoptó su forma de Shinigami. Salió corriendo de su habitación, el mundo se volvió borroso a su alrededor mientras corría por las tranquilas calles nocturnas. A pesar de su pereza instintiva, sabía que esta vez no podía tomar ningún atajo. Tenía que alejarse lo más posible.

Al encontrar un lugar remoto lejos de miradas indiscretas, Kai se detuvo. Su cuerpo tembló mientras intentaba contener la energía turbulenta que amenazaba con explotar desde su interior. Estaba apretando los dientes y gotas de sudor se formaban en su frente.

"Seas lo que seas, hazlo ya", murmuró entre dientes, preparándose.

Fue entonces cuando lo sintió. Una sensación fría comenzó desde la base de su cuello, deslizándose por su rostro como una segunda piel. Levantó la mano, sólo para sentir un material duro, parecido a la porcelana, bajo sus dedos. Era una máscara hueca, su apariencia reflejaba la oleada interna de energía caótica.

"Espera... ¿una máscara de Hollow?" Kai jadeó y abrió mucho los ojos. Podía sentir su presencia, su poder. Se dio cuenta de que estaba pasando por Hollowficación, un proceso del que sólo había oído hablar en susurros y cuentos de advertencia.

Luchando con la máscara, intentó quitársela, sus dedos se deslizaron contra la superficie lisa. El pánico corrió por sus venas, uniéndose al torbellino de emociones dentro de él. La máscara se aferraba obstinadamente a su rostro, como si estuviera fusionada con su piel.

Se tambaleó hacia atrás, tratando de comprender lo que estaba pasando. Su mente era una tormenta de confusión, miedo y, sorprendentemente, curiosidad. La energía dentro de él era inmensa, salvaje y tentadoramente poderosa.

"Nunca pedí nada de esto", murmuró Kai para sí mismo, su voz amortiguada por la máscara. Sus manos cayeron a sus costados, el pánico inicial comenzó a desvanecerse. A pesar de las alarmantes circunstancias, una parte perezosa de él encontró la situación bastante fascinante. Sus ojos estaban llenos de una mezcla de miedo y curiosidad, el poder pulsante dentro de él se reflejaba en sus profundidades.

Tan rápido como comenzó, la energía tumultuosa retrocedió, la máscara se desmoronó y Kai quedó jadeando en el aire fresco de la noche. Su corazón martilleaba en su pecho, igualando el latido residual de poder que aún corría por sus venas.

Mientras caía de rodillas, Kai no pudo evitar soltar una débil risa. "Eso fue... ciertamente algo."

El silencio de la noche descendió una vez más, las respiraciones superficiales de Kai y el sonido distante de las criaturas nocturnas fueron la única perturbación. A pesar del caos, Kai sintió una extraña sensación de calma. Estaba lejos de comprender lo que acababa de suceder, pero por el momento estaba vivo, estaba a salvo y, lo más importante, seguía siendo él mismo.

"Y pensé que ser un Shinigami era problemático", murmuró, las comisuras de su boca se alzaron en una sonrisa irónica. Su cuerpo se sentía inusualmente ligero, pero había cierta pesadez en su corazón. Acababa de experimentar algo que muy pocos habían vivido y vivido para contarlo, algo que podría cambiar su vida drásticamente si se corría la voz. Pero para Kai, lo único que importaba en ese momento era que la explosión de Reiatsu que tanto temía no había ocurrido.

Lentamente se puso de pie, se miró las manos y les dio la vuelta. Seguían siendo los mismos. Seguía siendo el mismo, al menos por fuera.

Un escalofrío recorrió su espalda al recordar la sensación de la máscara en su rostro. Lo había sentido natural, parte de él, pero tan extraño. Era poder, crudo y desenfrenado. Se preguntó cómo se sentiría dejar que se hiciera cargo, ceder a esa intensa energía, pero su parte perezosa rápidamente descartó la idea. Eso parecía demasiado esfuerzo, demasiado problema.

Con una última mirada alrededor de la zona desierta, comenzó a regresar, con pasos más lentos que antes. Se sentía agotado, el torbellino de acontecimientos finalmente lo alcanzó. Mientras caminaba, su mente se llenaba de pensamientos sobre Dondochakka y la máscara.

Al llegar a su habitación, suspiró profundamente mientras regresaba a su cuerpo físico. El mundo parecía diferente ahora, su perspectiva cambió. Se metió en la cama y su cuerpo se hundió en el suave colchón. Sus ojos recorrieron el entorno familiar, una sensación de nostalgia lo invadió.

"Bueno", dijo, con una sonrisa cansada en sus labios, "parece que mañana será sólo otro día lleno de problemas".

Estudiante de secundaria relajado en Bleach (con Soul Cube)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora