No nos dispararon nada más vernos. Creo que sospechaban que les podríamos responder. No me daba tiempo a hacer nada y Tari estaba aturdida después de haber sido despertada repentinamente. Por fortuna nos hicieron desfilar con la cabeza en alto hacia afuera, así me daba más tiempo para pensar.
–Gracias por encontrar los fragmentos de aeterio por nosotros, escoria vampírica.
Nos arrodillamos afuera, con todos los cazavampiros apuntando hacia nosotras. No encontraba la oportunidad de liberarnos, nos tenían vigiladas por todas partes. Dependíamos de la ayuda de los vampiros de Serana, esos que había dicho que había puesto alrededor de la mansión.
–Antes de que nos matéis. ¿Por qué no os he detectado?
–Una poción alquímica diseñada para aislar todo olor. No retrasemos más la ejecución, es una pena, elfa, habrías sido una gran incorporación a la Guardia del Alba.
La maldita ayuda vino en forma de un vampiro enfundado en armadura cargando hacia los guardias. Otro lanzó magia contra ellos. Yo liberé sin dudarlo dos veces mi forma de Señor de los Vampiros. Clavé mis garras en el cuello del hombre que estaba amenazando a Tari. Ella aprovechó para huir a casa. Todo tras eso fue un caos, el vampiro en armadura resultó ser Orthjolf y el otro Fura Boca Sangrienta. Respondieron a mis ataques atacándome con sus armas, algún virote me alcanzaba pero me encontraba en un frenesí de furia y violencia tal que no me importaba un virote o dos. Robé las esencias de los heridos, me arranqué los virotes de mi cuerpo. Fura y Orthjolf acabaron con los demás. Entonces salió de la casa, Tari, que me vió por primera vez como Señora de los Vampiros. Sin miedo ninguno a alguna reacción instintiva por mi parte, tomó mis grandes manos y yo las cubrí.
–Tú primera decisión fue protegerme a mí sobre tu propio bienestar. Gracias por intervenir.-ese agradecimiento fue hacía los dos vampiros.
–Nos imaginamos que vendrían pero no pudimos olerlos. De no ser por Tari no habríamos venido.–dijo Orthjolf, me volví hacía ella.–Su sangre olía a puro miedo.
–Me hice un pequeño corte en el dedo, estabas tan centrada en el peligro que no te diste cuenta de eso.–explicó Tari.
Volví a mi forma humana con una gran sensación de poderío gracias a la absorción del alma de mis enemigos. Tari sostuvo mi rostro y mantuvo su agarre sobre mi mano.
–¿Cómo te encuentras?
–Nos vamos a Volkihar, haz tu equipaje.
Me dominaba un frenesí violento que necesitaba salir y expresarse. Nos pillaron por sorpresa, en nuestra propia casa. Habían usado la alquimia para pillarnos desprevenidas. Entré llena de rabia a casa a coger mi armadura, mis armas y desaparecer en la espesura.
–¿Lucia?–se asomó por la habitación.–¡Lucia!
–Orthjolf y Fura te llevarán a Volkihar. Necesito estar sola.
–Que casi nos maten no es razón para actuar con esa inmadurez.
–¡Debería haber estado preparada! ¡Casi nos matan por mi culpa!
–¿Y qué?–preguntó.–Deja de actuar como una niña, Lucia, es obvio que se han preparado bien y casi nos pillan, pero al menos hemos sobrevivido. Nos seguirán, se asegurarán de saber dónde estamos en todo momento, y no puedes recurrir siempre a tu olfato vampírico. Ve a por tu armadura, Lucia. Me imagino que tú no necesitas equipaje.
No, no iba a necesitar demasiado. Mis armas y mi armadura eran suficientes. Bueno sí, me llevé el olor y las piedras preciosas, no pude evitar llevarme esos objetos de valor. Después de esa discusión evité el contacto visual con ella por vergüenza. Tari se acercó a mí, y puso su mano en mi hombro.
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Skyrim: Un Héroe Caído
FantasiaFue profetizado en las legendarias historias nórdicas que un Dovahkiin, un Sangre de Dragón emergería de las tinieblas para salvar a Tamriel del primogénito de Akatosh, Alduin. Más de una década ha pasado desde entonces, y desde su vampírica caída p...