La Joya del Titanic

Haciendo Amigos

Al entrar Jacques llegó a un hall donde había más pasajeros, en esa sala había dos puertas que en realidad conducían al mismo sitio. Tras pasar una de ellas llegó al comedor de 1ª clase. Era un lugar único. Había detalle y filigrana hasta en las cosas más diminutas: el suelo estaba cubierto de un moqueta roja con pequeñas estrellas amarillas y azules, las paredes estaban compuestas por una madera blanca como la mismísima nieve, el techo, también blanco, tenía unas preciosas lamparas de cristal y estaba sujetado por pilares de madera, había unos sillones con cojines verdes y amarillos y una gran escalera para subir entre las cubiertas.
Deseoso de comenzar su experiencia a bordo, Jacques se acercó a lo que le pareció un matrimonio y comenzó a socializar con ellos.
- Buenos días caballero, mi nombre es Jacques Legrand - preguntó con educación.
- Encantado Jacques, - contestó educadamente el hombre - mi nombre es Jean, Jean Emmanel y ella es mi prometida, Élise. Nos alegra saber que no somos los únicos franceses que subimos a este barco. ¿Sabe?, podríamos haber subido en Cherburgo, que será el siguiente destino del Titanic, pero Élise no quería arriesgarse a solo tener una oportunidad para subir abordo. ¿De qué parte de Francia es usted? - pregunto Jean.
- Ah, no soy de Francia, mi madre es de Bayeux, se llama Élise, ella se casó con mi padre y se fueron a vivir a Southampton. En fin, soy mitad francés y mitad británico.
Tanto Jean como Élise soltaron una gran carcajada y seguido de eso dijeron:
-Bueno Jacques, un placer conocerte - si me permites que te tutee - creo que llegaremos a ser grandes amigos, nos vemos en el restaurante.
- Lo mismo digo, es más, será mejor que me vaya hacia mi camarote y deshaga mi equipaje. - añadió Jack.
Tras esto, Jack dió una vuelta al gran comedor, localizó los ascensores y bajó hasta la cubierta E, allí tomó el pasillo de la izquierda recorrió los pasillos.
- E15, E16, E17, E18, ¡Aquí está!, el E19.