La Joya del Titanic

El Fin de Jean

Eran ya las 1:40 A.M. El último bote acababa de arriarse y todavía quedaban alrededor de unas 1.500 personas abordo. La proa estaba completamente sumergida. El incoloro líquido comenzaba a asomar desde las escaleras que permitían a los oficiales del puente bajar entre las cubiertas. Se desató el pánico. La gente ya no buscaba un bote al que subirse, sino permanecer el mayor tiempo fuera del agua. Aunque algunos pasajeros se lanzaban al agua y otros bajaban a través de lanzar cabos y descender por ellos, otros muchos (la mayoría) se dirigían hacia la popa. En el caso de Jacques, él decidió irse a la popa, pero justo cuando empezaba a moverse hacia allí se encontró con alguien conocido:
- Hola Jacques.- dijo Jean con una voz de psicópata
- Jean entrégate, tú asesinaste a Élise y robastes el Koh-i-Noor-
- ELLA ME QUERÍA ASESINAR- le corrigió Jean
- Pero, pudistes haberla apresado y después habérselo comunicado a algún oficial. ¿Y por qué robar el Koh-i-Noor?- dijo Jacques.
- ¿No es obvio? ¡Para no tener que preocuparme más por el dinero!
- Te olvidaste de una cosa, ningún mercado va a comprarte el Koh-i-Noor, es como vender la piedra de Scone, a la mínima, ¡saltarían las alarmas! - dijo Jacques- Ahora entrégame la joya.
- No soy tan necio como para arriesgarlo todo a un viaje, una vez conseguí robar el Koh-i-Noor, mandé que lo transportaran ilegalmente hasta América. De echo está a nombre de mi cuenta bancaria.
Tras esto, Jean echó a correr y entró en la Gran Escalera de proaJacques le persiguió. Cuando Jean estaba bajando las escaleras que daban al comedor de 1ª clase, Jacques sacó su revólver y lo disparó, erró en el disparo. Jean seguía corriendo. Jacques volvió a disparar su revolver; falló de nuevo. Cuando por fin bajaron al Comedor de 1ª Clase; Jean se giró y golpeó a Jacques. Jean era un hombre delgado y estirado, pero, sin embargo era fuerte.
Jacques cayó al suelo y Jean prosiguió con su escape. Jacques lo siguió hasta que entraron en el restaurante de 1ª clase. Allí, Jean tiraba las sillas del lugar para bloquear el avance de odiado amigo. Jacques, estando bloqueado por las sillas, apuntó al pie derecho de Jean y apretó el gatillo. Impacto. La bala de su Colt 45 atravesó el tobillo del pie de Jean. Al caer al suelo, Jean se llevó las manos al pie mientras gritaba:
- ¡Maldito seas!
El agua alrededor de Jean se tiñó de rojo. Justo cuando Jacques se dió la vuelta pues creía que su archienemigo no llegaría muy lejos, este alcanzó de una mesa un cuchillo y se lo lanzó a la pierna de Jacques, el cuchillo se clavó al completo en su gemelo, cayó al suelo y se sacó el cuchillo de su gemelo derecho mientras gritaba de dolor. No parece que se rindiera, algo en Jacques cambió, sentía rabia y odio; su subconsciente ya no se hacía cargo de él. Dispuesto a vengar su gemelo derecho, comenzó a golpear a Jean. El agua se teñía de rojo. Jean, desesperado, cogió el enrojecido cuchillo e intentó clavárselo a su enemigo. Hombre contra hombre. Francés contra francés. Agente contra asesino. Estaban forcejeando por ver quién mataba a quién. Jean era más fuerte, el cuchillo apuntaba hacia el estómago de Jacques, sabía que tenía todas las de perder, pero entonces consiguió agarrar la mano de Jean (agarrando el cuchillo) y se la torció de tal forma que soltó el cuchillo ya que si no, se le rompería la mano. Viéndose Jean al borde de la muerte, tomó lsu última decisión, morderle el brazo a Jacques con toda la fuerza posible, - podéis ver que se habían olvidado de todas las reglas de la sociedad- Jacques gritó de dolor, sin embargo, tenía ahora las de ganar. Cogió su revólver y se dispuso a acabar con el sufrimiento de Jean (cabe destacar que mientras Jacques le apuntaba, Jean le maldecía en todos los idiomas). Le disparó dos veces, por si acaso.
Observando el resultado de la pelea. Jacques volvió en sí. Se dió cuenta que los hombres no nos diferenciamos mucho de las bestias por mucho que queramos creerlo.