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Capítulo 2: Ignorar a quien viene a la escuela sin bolso es absurdo, ¿quien viene a la escuela sin mochila?

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Capítulo 2: Ignorar a quien viene a la escuela sin bolso es absurdo, ¿quien viene a la escuela sin mochila?

—¿Eso fue todo?— pregunto el azabache cuando estuvimos frente a su salón.

—Si no es un tour turístico, ¿qué esperabas?

Hundió las cejas molesto, no se que esperaban con un recorrido y menos si era yo la guía. Nos perdimos dos veces porque entré a dos comedores equivocados pero nada fuera de este mundo, además, les enseñe los lugares importantes: el comedor y el baño.

Eso si que es vital, fuera de todo esto, descubrí que la castaña es muy risueña, energética y sin duda la alegría del trío dispar. El más alto de cejas exageradas era educado, prudente y de vez en cuando podía meter la pata pero es normal, a cualquiera le pasa. Mientras que el otro azabache era hablador, demasiado hablador, está de más destacar que su amistad con la castaña es parecida a la mía con Jean pero menos intensa. Solo discuten y es bueno porque así yo no tengo que esforzarme en hablar o hacer ameno el recorrido.

Olvide sus nombres.

Te volviste a equivocar— insistió el azabache.

—Claro que no— me defendí.

—Este salón es el C y nosotros buscamos el A.

Alce la mirada al letrero y suspire fuertemente, de las pocas veces que el azabache me ha dirigido la palabra es simplemente para destacar mis errores. Lo que es increíble porque yo soy perfecta y nunca me equivoco, tristemente me tocó ser un ser humano y es por eso que no alcancé la dicha de la perfección, es tan cruel ese chico al recordarme mi lamento.

—Tu no sabes hacer amigos ¿verdad?— desvíe la mirada molesta.

—Irónico sería que dijeras que tú si— chasqueó la lengua respondiendo a mi insulto.

—Tengo muchos amigos.

—No necesito más de tres.

—Es más bien que no puedes conseguir mas de tres— puntualicé— eso hace la diferencia, las pequeñas acciones son las que siempre marcarán la diferencia.

—Pero cuanta agresividad puede existir en un cuerpo tan pequeño— chillo la castaña abrazando el brazo del rubio.

—Al ser mas pequeña estoy mas cerca del infierno que del cielo.

—¿Siempre tienes una respuesta para todo?— pregunto el rubio intrigado.

—Es que todo tiene una respuesta, solo es cuestión de saberla buscar.

𝐀́𝐠𝐚𝐩𝐞 | ˡᵉᵛⁱᵃᶜᵏᵉʳᵐᵃⁿˣᵒᶜDonde viven las historias. Descúbrelo ahora