Barrera Semántica

3. Humanos escurridizos.

No hubo tiempo de explicaciones. Aquella presencia apareció tan rápido que apenas nos dio tiempo de ponernos en guardia.

Un demonio oni* de piel azul oscura se acercaba con un gran mazo con púas en su mano derecho, su ataque fue bloqueado por Inuyasha.

—¡No esta solo, cuidado! —Gritó Sango.

A penas tuve tiempo de cargar mi arco y disparar a un pequeño oni que se abalanzó contra mi. Sin embargo, le siguieron otros 3 más que lograron derribarme, robando mis flechas y arco.

—¡Kagome! —Por distraerse durante la batalla el gran oni lo golpeó, estrellando a Inuyasha contra un arbol a varios metros de distancia.

Y comenzó a acercarse a mi.

Miroku logró lanzarle un par de talismanes que lo inmobilizaron lo suficiente para que Sango lo atacara con su hiraikotsu, Shippo se transformó en un globo rosado elevandose en el aire conmigo para alejarme de los demonios. Pero no me di cuenta a tiempo, que los pequeños demonios azules lograron quitarme el frasco donde guardo los fragmentos de la perla de shikon.

—¡No! —Grité, llamando la atención de los chicos. 

—¡Los fragmentos son mios ahora! —Bramó el oni antes de que su brazo izquierdo fuese cortado y cayera junto a los fragmentos al suelo.

—¡Kirara, ve por los fragmentos!

Tuve un muy mal presentimiento cuando el fragmento que aun poseé el demonio comenzó a emitir una gran luz.

Su brazo cortado se regeneró, capturando a la nekomata*, lanzandola contra Sango y Miroku, y resistiendo el ataque de Inuyasha quien no se atrevió a lanzar el viento cortante por temor a lastimar a Kirara en el proceso.

—Shippo, acercame lo suficiente, necesito recuperar mi arco antes de que consiga absorber mas fragmentos.

Este tipo de yokai tiene una piel muy gruesa, no tiene mucha velocidad, pero eso lo compensa con su fuerza bruta. El fragmento en su poder no solo eliminó sus debilidades sino que potenció sus fortalezas... No quiero imaginar que pasaría si consigue mas.

Antes de que el demonio o el mismo Inuyasha lograra alcanzar el frasco, un borrón rosa pastel corrió a gran velocidad y lo tomó.

—Sía...

Su rostro habia perdido todo rastro de color, su cuerpo entero temblaba, aun asi, sostenía con fuerza los fragmentos en sus manos, alternando miradas entre estos y el del demonio de su brazo.

Un momento... ¿Puede verlo?

—¡Atrapenla! —Los demonios pequeños se lanzaron a ella, usando como armas mis flechas.

—¡Corre, tonta! —Le gritó Inuyasha al verla estática en su sitio.

No se si fue por su grito o si realmente Sía logró entenderle, cual sea la razón logró despertarla y se echó a correr, dejando atras a los youkai con facilidad. Al ver que no conseguirían alzanzarla lanzaron mis cosas en un intento de derribarla.

Ella sujetó el frasco con su mano izquierda presionándolo contra se pecho e hizo una especie de acrobacia con su brazo sano, saltando, sujetando mi arco, sin detenerse.

Grité su nombre para llamar su atención, al verme lanzó el arco hacia mi, corriendo en direccion a Sango y Miroku que estaban preparados para atacar.

Casi simultaneamente, Inuyasha usó el viento cortante contra el gran oni y los chicos exterminaban a los pequeños, Sía fue cargada por Kirara que se elevó en el aire con ella para que el ataque no la dañara.