👼; 08

163 25 13
                                    

El silencio abunda entre ambos chicos, incluso si por un momento la adrenalina se apodera de él, Hyunsuk parece volver a la realidad después de unos segundos.

No. Estamos hablando de Park Jihoon, era imposible que alguien tan perfecto estuviese interesado en alguien tan ordinario como él. No puede evitar agachar la mirada con desánimo, y el de cabello gris parece percatarse de eso.

—No es gracioso.

—¿Por qué bromearía con algo como eso?

—Para burlarte de mí, quizás—el menor frunce el ceño—Escucha, tengo bastante en claro que a más de media preparatoria le gustas, pero deberías buscar una mejor excusa si quieres que te deje ir sin acusarte con el profesor.

—Bueno, tú lo has dicho—Jihoon ladea su cabeza, logrando que el mayor lo mirase suspicaz—No voy a negarte que burlarme de cada estudiante en este edificio me resulta divertido, pero prefiero amenazarlos con echar a perder sus exámenes finales, tirándoles ''accidentalmente'' sus almuerzos sobre sus uniformes, llenándoles sus casilleros con basura o...—el más alto hace una pequeña pausa, sonriendo antes de continuar—O pisándoles las bolas.

Hyunsuk no responde, siquiera sabe con qué cara mirarlo. Su silencio solo incita al contrario a alzar aún más una de sus cejas, curioso por saber que es lo que pasará dentro de esa cabecita en la que tanto desea indagar.

—Y para tu información—agrega—El noventa y nueve por ciento de los idiotas que dicen estar enamorados de mí son acosadores o solo me quieren para presumirme con sus amigotes como si fuera un maldito trofeo, y tan solo imaginarme a mí en una situación como esta con esas personas me hace querer vomitar. Creer o hacerte creer, elige.

—Ya es suficiente. Tal vez luzca como un imbécil pero eso no significa que esté dispuesto a dejarme ridiculizar por ti—finalmente, Hyunsuk aparta al chico, haciendo lo posible por no romperse debido a lo delicado que resulta el tema para él. Jihoon parece darse cuenta de eso, pero no sabe exactamente cómo hacer que ese chico deje de castigarse tanto a si mismo—No me importa si toda mi vida escolar se va a la mierda, si eso significa dejar de verme como un ingenuo, está bien.

Jihoon ya no hace uso de la palabra después de aquello, viéndolo castamente antes de darle la espalda por unos segundos para dirigirse hasta la puerta de la sala y ponerle seguro. Acto seguido toma la pila con los exámenes y la deja en otra mesa alejada a la de ellos (no sabe si el otro se da cuenta, pero para él es un claro gesto para decirle indirectamente que aquel montón de papel ya no es de su interés), tomando una de las tantas sillas del lugar y obligando a un confundido Hyunsuk a sentarse. Sin darle tiempo a reaccionar, Jihoon procede a ubicarse sobre su regazo, quedando frente a frente.

—¿Q-qué estás haciendo?

El menor no responde con palabras, solo se limita a rodear por segunda vez el cuello del azabache con sus brazos, esta vez una de sus manos posándose sobre la nuca de este, acariciando los vellos rapados que la conforman. Lentamente se acerca, y cuando su rostro se encuentra a menos de dos centímetros del contrario, le habla.

—Demostrándote que en serio me gustas.

Y lo único que Hyunsuk siente a continuación, son a los labios de Jihoon presionando contra los suyos.

Incluso si ninguno parece querer moverse al principio, es el mismo Jihoon quien ladea un poco su rostro para tener mejor acceso, notando como el tenso cuerpo de Choi se relaja a medida que juega con sus labios. No es un beso brusco, ni desesperado. En realidad, el hecho de que fuera tan lento lo hace más placentero, agradecido de caer ante tal provocación.

Pero Hyunsuk no es un niñito, y se lo deja en claro en el momento que toma con ambas manos la esbelta cintura del menor con fuerza, provocando así que este último abriese un poco los labios de la impresión y el mayor pudiese profundizar el beso. Inconscientemente, Jihoon comienza un pequeño vaivén con sus caderas en intento de crear un poco de fricción dado que las manos contrarias no dejaban de moverse, marcando un recorrido desde su cintura hasta bajar por sus muslos. A este punto ninguno de los dos se encontraba en un estado apto como para siquiera formular una frase coherente, aumentando la velocidad, creando pequeños chasquidos que hacen eco en el lugar cada vez que sus labios se separan en milisegundos.

Bilateral ||SukHoon||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora