Elena sorbió los restos de la malteada sin despegar la vista de Lautaro.
Se encontraban en la puerta del colegio, del lado exterior lindante a la calle porque debían aguardar a que abrieran la reja para permitirles el paso. A penas eran las ocho menos cuarto, pero el sol de la primavera brindaba una agradable calidez que se equilibraba con el fresco de la mañana.
Elena, que había abandonado su casa veinte minutos antes de lo acostumbrado porque estaba determinada a no repetir lo ocurrido el día anterior, terminaba su delicioso pero insustancial desayuno mientras su mejor amigo leía con atención los dos capítulos que había publicado la noche anterior en Wattpad.
Usualmente, esperaría a tener escrita la mitad de la historia antes de publicarla, pero el objetivo de todo eso era dejar las actitudes usuales de lado, ser impulsiva, abrazar al caos.
El entrecejo de Lautaro se frunció conforme los minutos avanzaron y a Elena le preocupó que la crítica del muchacho resultase más devastadora de lo que había supuesto. Sí, estaba escribiendo una historia cuyo origen no era la pasión literaria que movía todo su ser a la escritura, pero seguía siendo algo suyo, algo en lo que estaba trabajando, incluso si lo tomaba como un juego. No sabía si estaba lista para una crítica honesta.
—¿Qué? ¿Qué pasa? —inquirió.
Lautaro apartó la mirada del móvil para dedicarle una mala cara.
—¿Puedes dejar de hacer ese ruido?
Elena, que mantenía el sorbete entre los labios y succionaba las últimas gotas del jugo rosa, puso los ojos en blanco y dejó a un lado el vaso plástico.
—Pero, ¿qué pasa con la historia?
—Mmm. —Lautaro torció los labios con una mueca incierta—. No es malo, solo no es lo que acostumbras a escribir.
—Duh. Es la idea.
—¿Y por qué usaste tu nombre? ¿Te estás poniendo a ti misma en la historia? Eso es raro.
—¡No soy yo! Solo es mi nombre —explicó, sintiendo que la cara le ardía sin motivo lógico. No tenía de qué avergonzarse—. Las protagonistas en estas novelas suelen ser un reflejo de la autora que no sabe separarse a sí misma de la ficción.
—¿Lo son? ¿O esa es tu opinión despectiva? —inquirió Lautaro alzando una ceja.
Elena le dedicó una mala cara.
—Es metafórico.
—Ah, ahora resulta que el contenido es filosófico...
—¿Puedes decirme de una vez qué te parece la historia? —pidió, exasperada.
—Tiene muchos errores —comentó él mientras regresaba los ojos oscuros a la pantalla—. No solo el ritmo es inconsistente, también la sintaxis está muy descuidada. Fuera de eso, hay errores muy obvios: primero hablas de la clase de Aritmética y luego lo cambias por Matemática.
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La historia más tonta de Wattpad
Chick-LitElena es una escritora de Wattpad frustrada. Siente que a nadie le interesa leer sus historias y que el romance es lo único que a la gente le atrae en la plataforma, así que decide escribir su propia novela de romance cliché para Wattpad. De un modo...