Marcy (Los Originales)

Capitulo 43

Flashback

Los tres meses posteriores a que los hermanos Mikaelson escaparon de su casa parecieron años. Fue difícil dejar su hogar para encontrar un lugar donde esconderse en un mundo del que no sabían nada, huyendo de su padre asesino, luchando contra una sed de sangre casi incontrolable, pero lo más importante, todos todavía estaban desconsolados por la pérdida de su madre. Ninguno más que Klaus.

Cada vez que cerraba los ojos veía el rostro aterrorizado de su madre en los momentos previos a que él acabara con su vida. No podía encontrar consuelo en ninguno de sus hermanos porque temía que si supieran que fue él quien mató a su madre y no Mikael, nunca lo perdonarían. Lo odiarían tanto como a su padre y lo dejarían vagar solo por la Tierra. El miedo a ser abandonado le impidió decir nada, pero la falta de consuelo lo llevó a una espiral depresiva de odio hacia sí mismo y de ira.

La noche en que sus hermanos se detuvieron en un pequeño pueblo al sur de Francia, Klaus se instaló en un taburete en una taberna local mientras sus hermanos salían a probar su nueva habilidad de 'Compulsión' para encontrar un lugar donde pasar la noche. Elijah estaba un poco preocupado porque Klaus pasara todo su tiempo en una taberna, pero no lo molestó por eso. Klaus se había tomado la muerte de su madre con más dureza que nadie. Incluso Rebekah, que estaba inconsolable después de encontrar el cuerpo sin vida de su madre esa noche, había comenzado a llorar con más control que Klaus. Elijah supuso que la naturaleza desconsolada de Klaus probablemente se debía a que no podía soportar la noticia de que lo habían encontrado bastardo y que su madre había muerto, todo en el lapso de unos pocos días.

"¡Otro!" Klaus golpeó su taza vacía contra la superficie de la barra con un ruido sordo, pero el ruido apenas se escuchó debido al alboroto de la taberna. Un caballero generoso había entrado y había comprado un chorro interminable de alcohol para todos los clientes y la charla y el baile no habían cesado desde entonces.

Klaus dirigió su ira hacia el caballero "caballero" que era hábil con los camareros, volteando los extremos de sus faldas con los pies, poniéndolas en su regazo y tocándolas; este era el hombre ruidoso y desagradable que le impedía conseguir su hidromiel. . Cuanto más tardaba la camarera en servir al caballero y su grupo, más sobrio se volvía Klaus y cuanto más sobrio se volvía, más claro se volvía el recuerdo de haber matado a su madre. No quería nada más que poner fin a su miseria, pero no había nada que pudiera hacer. Mató a su madre y merecía sufrir.

Un fuerte golpe contra su hombro hizo que la atención de Klaus volviera a la habitación. Dos hombres borrachos que se empujaban juguetonamente cerca de la barra chocaron accidentalmente con él. Una vocecita en el fondo de la cabeza de Klaus le dijo que había sido un accidente. Lo instó a calmarse y darse cuenta de que la gente comete errores a veces y que no todas las situaciones necesitan resolverse mediante la violencia.

Klaus ignoró esa voz. En cambio, escuchó los fuertes gritos que lo llevaron a atacar a los borrachos alborotadores. Agarrándolos a ambos por el cuello, Klaus atrajo todas las miradas hacia él mientras los estrangulaba con una mano. Sus ojos oscuros estaban encerrados en un marco de venas oscuras. La habitación quedó en silencio por el miedo y sólo el caballero tuvo la valentía de levantarse.

Agarrando su espada de la mesa, se puso de pie y gritó: "¡Libéralos, demonio!"

Klaus dirigió su atención al caballero. "¿Demonio? Si ese es el alcance de su crueldad, Señor Caballero, esta resultará ser una batalla para la que no está preparado."

En una fracción de segundo, les rompió el cuello y corrió hacia el caballero. Armado sólo con su espada, el caballero no era rival para Niklaus. Dejando al descubierto sus temibles colmillos, Klaus se mordió el cuello y arrancó un trozo de carne entre los dientes. La taberna estaba llena de gritos y gente luchando por una salida. Perdido en la emoción de la persecución, Klaus los persiguió uno por uno, matando a tantas personas como pudo antes de que la taberna se quedara vacía de todos los seres vivos.