Juicio (1)

48 6 0
                                    

Horacio había mandado a todos a la sala de reuniones, para que empezarán sin el, le había dicho a Conway que se mantuviera callado o esperando en la puerta, pero el tenia que hablar con su padre a solas en su despacho, sabia la condena que tenia que hacer pero conociendo a sus superiores era posible que le pusieran más de la cuenta. Ve a su padre fumar mientras mira por la ventana y suspira poniéndose detrás de el con los brazos cruzados.

-Gracias por venir, papa, pero hubiera preferido que sea en otros circunstancias, la verdad.

Horacio ve como su padre se da la vuelta para mirarle con una sonrisa.

-No tienes nada que agradecerme, hijo y voy a quedarme hasta mañana por aquí, tampoco voy a dejar a tu madre y a Gaia solas.

-Solo espero que no te hagan nada en cuanto te vean . . . 

-No me harán nada, no te preocupes y cambiando de tema ¿Se sabe algo de tu pareja?

-Ex-pareja, el rompió conmigo por teléfono y sinceramente me da igual donde este, no le necesito.

-Me alegra escucharte, pero ya sabes si se presenta o te molesta, le hago una visita sorpresa.

-Nah, no te preocupes, esta todo bien, tengo gente que me quiere y me protege.

-Si hablado de eso ¿Quién es el hombre misterioso con el que has venido?

-El padre de mi ex, que también me va ayudar en mi problema, el conoce a mis superiores, una vez fueron suyos y al igual que a mi, también le hicieron la vida imposible.

-Vaya, tenéis buena relación a pesar de como es su hijo, interesante.

-Bueno es que su hijo se fue con su ex pareja. . . Nos han engañado a ambos. 

-¿¡Cómo?! 

-Antes de que digas nada, ya nos llevábamos bien antes de eso, pero no se últimamente estoy empezando a sentir cosas por ese hombre que no se muy bien como expresarlo, me he acostado dos veces con el, puedo confirmar que no es por venganza ni simple sexo, me siento bien con el y el se siente bien conmigo, no le hemos puesto nombre a eso porque ni siquiera se lo que va a pasar, pero el ya me ha dicho que me va a esperar a que salga de la cárcel, que se siente muy cómodo conmigo, que también siente cosas, pero sabe que no haré nada porque en cuestión de horas estaré entre rejas, pero solo quiero estar con el y que me siga llamando príncipe. . . Quiero ser su príncipe, que me ame, que me cuide y que luchemos juntos en esta dura batalla que estoy viviendo. . . Dime papa ¿Estoy haciendo mal? Solo son catorce años de diferencia.

-¿Cuantos años tiene ese hombre?

-Diez más que tú.

-¿Le amas? ¿Estás seguro de lo que sientes por el?

-Totalmente, nadie sabe esto, ni siquiera Ana, solo lo sabes tú y espero que me guardes el secreto, al menos por ahora.

-Hijo, no te voy a juzgar ni a decirte lo que esta bien y lo que esta mal, pero si de verdad quieres a ese hombre, hazlo, se feliz con el, ya eres mayorcito para saber quien puede entrar en tu vida y quien no, el amor no tiene edad, al menos hasta cierto punto, mereces ser feliz y no dejes que esos desgraciados sean dueños de tu vida ¿Vale? Y por supuesto, espero que después de todo esto vayáis a Francia, tú madre estaría orgullosa de conocer a su nuevo yerno.

-Bueno, bueno, no corras, que todavía no hemos hablado sobre tener una relación y a ver si que es cierto que sabemos que nos atraemos pero hemos hablado nada más.

Horacio se pone nervioso y fulmina a su padre con la mirada porque se esta riendo de el, seguramente se habrá puesto rojo, suspira mientras ambos hombres se abrazan nuevamente, el sonido de la radio hace que Horacio rompa el abrazo escuchar.

El padre de mi novioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora