Remordimiento

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Conway mira de reojo a su prometido, ese maldito imbécil dejo a Horacio hecho una mierda, suspira frustrado para no gritar pero esta claro que no iba a permitir que esto quedara así, escucho a su príncipe quejarse de dolor y se preocupa.

-Oye ¿Seguro que no quieres ir al hospital?

-Sí, solo quiero descansar un poco antes de ir a comer con el comisario Kovacs.

-¿Como que comer? 

-Ah, me llamo antes de que pasara todo esto, le prometí a una de sus agentes tomar un café antes de ir a la cárcel y lo olvido completamente, hoy me llamo para decirme que Volkov había dejado el cargo de comisario y me lo recordó, así que le invite a el junto a su agente para quedar a comer. . . Dios, maldito Gustabo de mierda.

-Bueno, como comprenderás no iras a ninguna parte en estas condiciones.

-Jack, no les puedo fallar otra vez. . . 

-Lo se y no lo harás, porque comeremos en casa.

-¿Qué? ¿De verdad?

-Sí, pero ahora mismo lo que necesitar es un baño, que te curen y descansar.

-¿Me vas a curar tú? Vaya, para que me toco la lotería contigo.

Conway ríe porque pese a que Horacio esta malherido nunca pierde su lado bromista, lo ve teclear algo en su móvil y al rato vuelve a mirar a la ventana.

A los pocos minutos, Conway entra a la propiedad con el coche, baja del coche, se da la vuelta para ayudar a Horacio a bajar del coche, le pone una mano en la cintura y con la otra le rodea el cuello, andan rápido pero ven a Alana y a los niños jugar en el césped, quienes al ver movimiento se paran, Conway y Horacio se quedan quietos.

-Muévete que no quiero que me vean. . . 

Conway maldice para coger a Horacio como su fuera un saco de patatas y entra dentro de la casa, con los gritos de Marcus llamándoles y el llanto de una niña quien era cargada por Alana, entran en la habitación y agradece que Horacio haya puesto seguro a la puerta porque así no serian interrumpidos.

-¡Padre, abre la puerta! ¿Qué le ha pasado a papa!

Conway ignora de momento a su hijo, deja a Horacio en la cama y anda rápido para preparar el baño, mientras se llama la bañera prepara el botiquín para cuando terminará de bañar a Horacio poder curarle, cuando termina de llenar la bañera, vuelve a la habitación y ve a Horacio intentando desnudarse, Conway termina de ayudarle, le coge en brazos, vuelve a entrar al baño y deja con cuidado a Horacio en la bañera quien se queja al sentir el agua templada en sus heridas.

-Lo siento mi príncipe.

Conway le da un beso en la frente, empieza a lavarle con cuidado cuando su móvil suena, ve que era Alana y suspira pesadamente mientras contesta la llamada poniéndo el altavoz.

-¿Qué ocurre?

-Eso mismo quiero saber yo, Conway ¿Que narices le ha pasado a Horacio?

Conway mira a Horacio mientras escuchan a Venus llorar siendo consolada por su hermano, Horacio se muerde el labio para no llorar y Conway se seca las manos para quitar el altavoz y escuchar solamente el.

-Em, es una larga historia pero el esta bien, solo necesita descansar, mira dame 5 min y salgo para hablar con todos ¿De acuerdo?

-Ains, esta bien.

Conway cuelga la llamada, se guarda el móvil en el bolsillo del pantalón y termina de bañar a Horacio, el agua que era transparente ahora tenía un color rosaceo de la sangre que las heridas de Horacio, le ayuda a secarse con cuidado y lo lleva a la cama, deja la toalla olvidada en el suelo del baño. Tumba a su príncipe en la cama y empieza a curarle con sumo cuidado, tenia cardenales en las piernas, en los brazos y algunos en los costados, también tenia los nudillos de las manos desollados de los puñetazos que se dio con Gustabo, marcas de algunas cristales que le rozaron cuando atravesó el vidrio de unas de las oficinas cuando inicio la pelea arriba, un ojo lo tiene morado y el labio lo tiene partido.

El padre de mi novioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora