𝗬𝗼𝘂𝗻𝗴 𝗠𝗶𝗸𝗼

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Este pedido es para IsabellaVasquezRiver

¡Gracias por tu paciencia y espero que lo disfrutes!


Veía a lo lejos cómo Miko hablaba con su "amiga". Pues sí, "amiga" porque esa chica se estaba acercando demasiado a mi novia y ella no hacía nada para apartarla. Y no solucionaba nada que nuestra relación no fuera pública.

Solo se veía cómo le tiraba los tejos a mi novia y ella no se enteraba. ¿¡Acaso estaba ciega!? ¡Cuando yo lo hice se enteró muy rápido!

Me enfurecí tanto que cuando me levanté casi tiré la silla. Me fui de la sala donde estábamos dando un portazo a la puerta que todos los que estaban ahí me observaron salir del edificio. Me fui al gimnasio de nuestro instituto y me senté en las gradas donde la gente se sentaba para ver los partidos de básquet, fútbol y voley que a veces hacíamos. 

Hablando de eso, yo era la colocadora del equipo de voley. El año pasado ganamos todos los partidos que hicimos y por ello nos dieron un pequeño trofeo. Pensando en eso se me dibujó una sonrisa en la cara. Pero entonces recordé el por qué estaba aquí y mi sonrisa desvaneció por arte de magia.

Seguro que esa chica se debe estar comiendo a mi novia con la mirada y ella no se dará cuenta. ¡Vaya mierda de día!

Oí la puerta del gimnasio abrirse, pero lo cierto es, que me dio igual. Ahora mismo solo pienso en Miko y esa chica. ¿Y si ya no me quiere? ¿Y si ahora quiere cambiar de novia y me quiere dejar? ¿Y si me es infiel? ¿Y si...?

—¿Puedo sentarme a tu lado? —dijo alguien interrumpiendo mis pensamientos.

—Sí —respondí sin importancia.

—¿Mal día?

Me giré hacia la persona. Era una chica muy bonita, pero no recuerdo verla por el instituto. Tenía los ojos azules muy bonitos. Tenía la cara redonda y su piel parecía de cristal por lo fina y pálida que era. Tenía el pelo suelto de un color oscuro muy parecido al negro y unas pecas repartidas por la cara. Era delgada, pero sus pechos eran algo grandes. Los dedos de las manos eran largos y finos y sus uñas estaban muy cortas. Puede que se las muerda.

—Escucha, que te haya dejado sentarte a mi lado no significa que puedas hablarme. Sí, un día de mierda, por eso prefiero que no me hablen.

Tardé unos segundos en ver la forma en que le respondí. Me sentí avergonzada rápidamente y mis mejillas enrojecieron.

—Los siento... yo... Es que no estoy pasando un buen rato, ¿sabes? Mi novia está hablando con una chica que ni sé cómo se llama y esta se la está comiendo con su mirada. Y es muy frustrante que ella no se dé cuenta.

Ella se rio. No sé si fue por diversión, una risa de burla o una risa irónica.

—Qué casualidad, hoy mi novio me ha dejado plantada por una tía que conoció ayer. Por cierto, ¿eres de España? Tienes un acento muy español.

Asentí lentamente.

—Nací en España y viví ahí hasta los nueve años para mudarme aquí y empezar mi nueva vida. ¡Sorpresa! Después me hicieron bullying por ser diferente, acabé con traumas porque mis padres discutían cada rato y acabé aquí, con una novia que no se entera de una mierda. Y no sé porqué te estoy contando esto si es la primera vez que hablo contigo —por su cara, deduje que había hablado muy rápido—. Lo siento, tengo un problema y es que empiezo a hablar y lo hago muy rápido.

—No te preocupes, a mí a veces me pasan. ¿Sabes? A mí me hacían bullying por ser regordeta. Sí, puede que ahora no lo sea, pero en la primaria sí. Siempre me llamaban gorda, bollo de azúcar o hasta me llegaban a llamar pelota andante —se rio—. Apodos bastante divertidos, la verdad. Pero me lo pasé bastante mal.

Ella y yo estuvimos hablando un buen rato. Me dijo que se llamaba Isabella, cómo su madre y su abuela. Hablamos sobre la familia, de las parejas que tuvimos, lo que queremos estudiar, deportes, etc. Fue tan divertido hablar con Bella que hasta me olvidé de mi novia y esa chica. Hasta que Miko entró en el gimnasio y nos vio riéndonos muy fuerte. Cuando la vimos, nos quedamos calladas. ¿Qué se tiene que decir en esta situación?

—Escucha amor, ¿qué estabas haciendo aquí?

—Pues hablar con Bella. —le rodeé los hombros con un solo brazo—. Mi nueva mejor amiga. Bella, mi novia, Miko, Miko, mi mejor amiga, Bella.

Me sentí culpable usarla para hacer sentir celosa a mi novia, pero cuando dije que era mi nueva mejor amiga era verdad. Porque me sentí como si lo fuera. Y creo que ella también sintió eso hacia mí.

—Teníamos una cita hace media hora. 

Oh, esa cita.

—Lo hubieses pensado mejor antes de hablar con esa chica.

—¿Lo estás diciendo por Amanda? —preguntó mi novia.

—¡Oh, ahora tiene nombre!

Ella suspiró cansada. Supongo que tiene razón, soy muy pesada cuando estoy celosa, pero en ese momento no lo veía y si lo veía me daba igual.

—Tú sabes que tiene nombre. ¡Y que ella fuera tu bully de la infancia no significa que no pueda hablar con ella!

Su respuesta quedó volando en el aire. Ella sabía quién era esa chica y lo que significaba para mí y eso no le frenó para hablar conmigo. 

La primera vez que había entablado una conversación con ella no sabía que era mi bully del pasado, por eso la perdoné. Pero ahora... ahora no sé si podré perdonarla.

—Muy bien, lo que tú quieras.

Me levanté de mi sitio y fui hacia ella dando pasos decididos.

—Pero entonces no me hables hasta que sepas el por qué me pone tan celosa y triste que hagas eso. —me giré para ver a Isabella—. Hasta otra, Bella.

Le dediqué una sonrisa y a mi nov... ¿casi exnovia?, le dediqué una mirada asesina.


***


¿Cómo me podía haber hecho eso mi novia? ¿Y por qué?

Estaba llorando en el suelo del baño de la escuela. No podía soportar el dolor que me hacía perder a una de las personas que he amado en mi vida. Y lo peor es que ha sido ella que ha decidido perderme al hablar con esa chica. 

Escuché cómo abrían la puerta del baño, pero no me importó; seguí llorando.

—Amor, por favor, déjame pedirte perdón. Déjame decirle al mundo que tú eres mía y que yo soy tuya. 

—Eso lo dices cada vez que quieres perdonarme —respondí con la voz un poco quebrada.

Ella abrió la puerta del cubículo y se sentó a mi lado.

—Pero no lo decía de verdad. Ahora sí. Si es necesario voy a gritar que tú eres mi novia por todo el instituto y por la calle. Yo te amo, ¿lo sabías? You're my girl.

—No voy a perdonarte tan fácilmente. Tienes que probar que no me vas a fallar nunca más.

Me sorprendió lo rápido que hizo para que yo quedara encima de ella. Me acomodé bien y pasé mis brazos por el cuello.

—¿Lo hiciste alguna vez en un baño público?

Sonreí para besarla.

Después de unos buenos minutos salimos del cubículo algo despeinadas. Yo me puse delante del grande espejo para retocarme un poco el cabello y el poco maquillaje que llevaba. Mi novia hizo lo mismo. Cuando íbamos a salir, Miko pasó un brazo por mis hombros para que todos ellos supieran que éramos novias.

Me sentí muy bien con eso, aunque la gente mi miraba con cara de envidia.

Envidiosos. Toma esa, la españolita os ganó.

𝐎𝐍𝐄 𝐒𝐇𝐎𝐓𝐒 - 𝙛𝙖𝙢𝙤𝙨𝙖𝙨 𝙮 𝙩úDonde viven las historias. Descúbrelo ahora