Thirty days with you - GenMui ☁︎

Día uno: agarrados de las manos 🍉

[Kimetsu academy]

Genya Shinazugawa no era muy bueno en las relaciones amorosas, de hecho, no había tenido ninguna. El primer paso (según él) era confesarse y esperar a ser aceptado, cosa que seguramente se cumpliría hoy.

Le gustaba cierto chico, que a pesar de ser menor por dos años, era todo un genio. ¿Cuál era la ventaja? Podía decir que iba a ir a casa de su amigo a estudiar, cuando era una clara excusa para pasar horas y horas hablando juntos.

Estaba nervioso, sabía que necesitaba dar ese paso el día de hoy, pues su enamorado al parecer estaba fijándose en alguien más y eso lo había notado más durante las clases, pues Muichiro miraba mucho al mayor de los Kamado.

Ya era hora del receso, al fin podía estar en paz con su mejor amigo ya que Tanjiro normalmente acompañaba a Nezuko y Makomo para que no se metieran en problemas.

— Oye... — el menor dijo con algo de preocupación — He notado que el día de hoy no te ves muy bien, ya todos los maestros te regañaron por estar distraído en clase, ¿quieres que vayamos a la enfermería a ver si tienes fiebre o algo así?

Genya negó y continuó comiendo, en todo el día no había visto directamente al pelinegro, se ponía demasiado rojo en cuanto lo hacía y no quería que lo vieran así.

— ¡Vamos, di algo! — exclamó y dio un pequeño golpe en la banca, no se veía muy contento. Claramente no obtuvo ninguna respuesta y decidió acabar lo más pronto posible el sándwich que estaba comiendo para después retirarse del lugar.

En ese momento notó que había hecho algo mal, tal vez Muichiro ahora pensaría que se enojó. — ¡Espera! — inmediatamente se levantó de su asiento y lo siguió casi corriendo, no quería perder a su mejor amigo, mucho menos ahora.

Y aunque no tenía la intención de ignorarlo, a los ojos de Muichiro fue así. Estaba tan perdido en sus pensamientos que ni siquiera se dio cuenta de que lo estaba siguiendo hasta que sintió el tacto de una mano sobre su hombro.

— Oye, Mui... — suspiró mientras miraba hacia cualquier otra cosa que no fuera al chico con el que estaba hablando.

El contrario pausó su caminata y volteó sus ojos antes de mirar a Genya con una expresión que no daba a entender muy bien su estado de ánimo. — ¿Qué quieres? Mira, si te enojaste mejor no intentes arreglar nada ahora, voy con Tanjiro.

— Perdón por eso, no estoy enojado, es solo que estoy pensando en algunas cosas... — al fin se atrevió a mirarlo a los ojos, un pequeño rubor se podía apreciar en sus mejillas. — ¿Me perdonas?

— No. — solo respondió eso y siguió caminando. Ya había olvidado lo difícil que era lidiar con él cuando se enojaba.

Y esperó a que volviera a pedirle perdón por haber hablado de manera tan cortante, es lo que usualmente pasaba en sus peleas. Dos minutos, seis minutos, diez minutos... Sonó el timbre que indicaba el fin del receso, así que fue a su respectivo salón.

Tampoco estaba ahí, pensó que tal vez estaría en el baño o en la enfermería, pero de ser así habría dejado su mochila y los cuadernos en la banca. En ningún momento entró al salón, incluso Kanao e Inosuke fueron a buscarlo, pero no estaba.

— Señorita Kanae... — alzó la mano para obtener su atención. — ¿Puedo ir a la enfermería? Me siento mal, creo que le llamaré a mi madre para que venga por mi.