Día seis: usando la ropa del otro ☁️

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[época actual]

Bueno, es difícil escapar de casa, no tienes a dónde ir y vivir ya es una lucha. Ojalá hubiera sido esa la razón por la que Muichiro ahora caminaba a casa de su novio.

"De verdad que habrías deshonrado a tus padres, eres una vergüenza tanto para tu hermano como para mí. Que bueno que ellos no están aquí para escuchar esta idiotez, pero yo si, así que no te quiero en mi casa." Fueron las palabras que un hombre de al menos 37 años y cabellos largos y rojizos le dijo, y sin más, hizo que saliera de su "hogar".

No había podido llevar ropa, dinero que tenía ahorrado o al menos un objeto valioso, simplemente tuvo que irse. Al menos tenía puestas sus pantuflas, porque estaría caminando descalzo, el frío se hacía más intenso y una nube gris se agrandaba, amenazando con una tormenta. Suspiró al pensar en que tal vez no sería bien recibido, después de todo no había avisado antes y conocía a Sanemi, no se llevaban muy bien.

Tenía tanto coraje... ¡Y más porque Yuichiro no hizo nada para defenderlo! Seguramente fue por miedo, si se enfrentaba a ese hombre iba a terminar en la calle o yendo con Muichiro, pero aún así le causaba enojo, pues solo él sabía que estaba saliendo con alguien, maldito traidor.

De un momento a otro la lluvia empezó a caer en pequeñas gotitas que rápidamente empezaron a aumentar, empapando por completo al chico, pero por suerte estaba ya a unas casas de llegar

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De un momento a otro la lluvia empezó a caer en pequeñas gotitas que rápidamente empezaron a aumentar, empapando por completo al chico, pero por suerte estaba ya a unas casas de llegar.

Casi dos minutos después ya estaba tocando la puerta de manera algo desesperada. — ¡Genya, abre! — gritó, pero eran pocas las probabilidades de que escuchara... En los techos de lámina las gotas suenan como balazos, lamentablemente.

El rapado fue a abrir, encontrándose con su pareja con una cara de enojo notoria y el cabello todo mojado, no sabía si reír o preocuparse.

— ¿Qué haces aquí...? Muichiro, ya va a oscurecer, mañana yo podía invitarte a algún lugar. — tomó su mano con delicadeza y lo guió hasta el interior de su casa.

— ¡Pues el problema es que yo no tenía planeado venir, pero alguien decidió que no era digno de estar en su estúpida mansión! — abrazó a Genya sin importarle que lo podía empapar también, de hecho ya no le importó ni siquiera si Sanemi iba a ir a molestar en cuanto escuchara su voz.

— Ah... Ya se me hacía raro... — tocó el cabello de su amado y luego acarició un poco su mejilla. — ¿Por qué no trajiste nada? Vamos por ropa.

Ambos fueron a una habitación que estaba casi al frente, al entrar sorprendentemente no estaba el otro Shinazugawa. Genya le entregó una toalla a Muichiro para que secara su cabello y después se acercó a un armario a buscar ropa, estuvo así un largo tiempo, pues toda la que estaba ahí ni de broma le iba a quedar bien, ¿por qué tenía que ser de complexión tan delgada?

— Genya, tengo frío. — habló con intención de molestarlo al ver que simplemente no había nada ahí que pudiera usar. — Moriré de hipotermia y todo por tu culpa... Genya, no me gusta tu tech-... — la parte superior de una pijama cayó en su cara, y después la otra, así que no dijo nada más.

— ¿Para qué te buscas un novio pobre? Ahora, ponte eso.

Genya salió de la habitación y esperó en una pequeña sala la cual constaba de dos sillones en casi perfecto estado, una mesa de centro, una tele no tan pequeña pero tampoco tan grande y repisas las cuales tenían fotos suyas con Sanemi, otras con el resto de su familia y también una que otra con Muichiro (Sanemi no le dejó poner más). Al menos la lluvia había parado casi por completo, así que prendió la televisión y se sentó a verla.

Ya las ocho de la noche... Recibió un mensaje de Yuichiro preguntando si su hermano estaba ahí, a lo que Genya contestó que si, solo eso duró la conversación pues los gemelos tenían un horario estricto para usar los celulares e irse a dormir. El menor al fin salió de la habitación con la pijama que le cubría hasta un poco más debajo de las manos y que tuvo que doblar de la parte de las piernas o se iba a tropezar.

— Ya no sé si esto es tuyo o de Sanemi... Pero se siente cómodo. — dijo mientras caminaba hacia los sillones para después sentarse al lado de Genya. — ¿Cómo te quedaría mi ropa...?

Esa sonrisa que ponía cada que quería algo... De hecho, casi no lo hacía, así que esta era una oportunidad prácticamente única de verlo de esta forma por al menos un rato. De inmediato se levantó del sillón y fue a buscar la ropa que Muichiro se había quitado.

Al encontrar las prendas, no pudo evitar fijarse en la etiqueta que ambas tenían... ¿Cómo un niñito millonario terminó a su lado? Le parecía una verdadera pena que ahora podría estar en la cómoda mansión de su "padre" durmiendo en una cama de agua o seguramente muy cómoda, pero no, estaba aquí, en una casa que difícilmente tiene luz todos los días, en la que el agua entra y el frío es terrible... Y todo porque Genya le pidió ser su novio y ahora ya habían descubierto su pequeño secreto. Se sentía culpable...

Pero todo ese sentimiento desapareció cuando se intentó poner la playera que ya estaba un poco más seca. Sintió escalofríos recorrer por parte de su espalda, cuello y brazos cuando la suave tela de aquella prenda tocó su piel, ¿de verdad existían las cosas así de cómodas? Y más importante, ¿cómo Muichiro pudo haberse puesto una pijama que a duras penas ya había durado cuatro años?

De inmediato salió de la habitación, necesitaba planchar esto para quitar la humedad y que su amado ya tuviera algo decente que ponerse. — ¡Mui, perdón, quítate esa cos-...! — no terminó al ver que su hermano mayor estaba en la entrada de la puerta, apenas llegando del trabajo y con su teléfono en las manos. — ¡Sanemi, hola!

— Nunca voy a dejar de recordarte lo ridículo que te estás viendo ahora mismo.

Y así es como Genya obtuvo una foto más con Muichiro en la repisa, después de ser humillado, pero al lado salía Muichiro.

Esos gráficos pa' 😼

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Esos gráficos pa' 😼

Thirty days with you - GenMui ☁︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora